Con más de 33 mdp, va Gobierno estatal por reparación histórica de Zenzontepec

• Pide Gobernador de Oaxaca mantener la paz entre los pueblos vecinos para alcanzar el desarrollo deseado

Santa Cruz Zenzontepec, Oax. 21 de julio de 2023.- Con una inversión que rebasa los 33 millones de pesos para acciones en materia de salud, infraestructura eléctrica, carretera, educativa, entre otras, el Gobierno de Oaxaca garantizará la Reparación Histórica de las personas habitantes de esta población en la Sierra Sur.

Además de anunciar acciones mediante el esquema denominado Atención a Municipios Territorios Bienestar, en Santa Cruz Zenzontepec, del Distrito de Sola de Vega, el Mandatario oaxaqueño entregó una patrulla para la policía municipal y mobiliario escolar. 

En este pueblo chatino y en presencia del Consejo de Ancianos, agentes municipales y Pedro López Sánchez, presidente municipal, el Gobernador Salomón Jara refirió que este gobierno del pueblo y para el pueblo visita todos los municipios con el objetivo de mejorar la calidad de vida de la población.

“No nacimos para ser pobres, quienes lo han permitido han sido los malos gobiernos, por eso agradezco que el pueblo haya decidido optar por el destino del bienestar, ese es nuestro compromiso como gobierno”, aseveró. 

En este marco, se informó que a través de la Secretaría de Gobierno han encontrado la voluntad de los pueblos involucrados para establecer la paz y un punto de colindancia con Santiago Amoltepec, así como un acuerdo de respeto y paz con comunidades vecinas, como resultado del Eje Transversal de Paz con Justicia y Bienestar. 

Por parte del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) Oaxaca, en breve implementarán el subprograma Comedores Populares para el Bienestar en diversas agencias, así como el programa Atención Alimentaria para Grupos Prioritarios con una inversión de 2 millones 139 mil pesos.

Para atender la educación de este municipio, a través del Instituto Estatal de Educación Pública (IEEPO) destinarán 1 millón 734 mil 915 pesos para 54 escuelas de educación básica. 

En tanto, el Instituto Oaxaqueño Constructor de Infraestructura Educativa (Iocied) construirá aulas y equipará 10 centros escolares con una inversión de 2 millones 302 mil 70 pesos. La construcción de los espacios iniciará en 30 días. 

Por parte de la Secretaría de Salud se invertirá en medicamentos 5 millones de pesos, recurso que beneficiará a cinco centros y 12 casas de salud. En tanto, 605 mil pesos serán dispersados para la rehabilitación de un centro de salud, un total de 5 millones 800 mil pesos de inversión.

Para reactivar el campo e impulsar la soberanía alimentaria, la Secretaría de Fomento Agroalimentario y Desarrollo Rural (Sefader) aplicará 932 mil 770 pesos.

El Secretariado Ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública (SESESP) hizo lo propio con la entrega de una patrulla al gobierno municipal, con el objetivo de reforzar la seguridad. Además, certificará a su policía de manera gratuita y capacitará a topiles, todo con un monto total de 734 mil pesos. 

Los apoyos a jefas de familia mediante la tarjeta Margarita Maza, así como las Caravanas Bienestar llegarán a esta población a través de la Secretaría de Bienestar, Tequio e Inclusión (Sebienti). 

Mientras tanto, la Comisión Estatal Forestal (Coesfo) otorgará 5 mil plantas de diferentes especies para el desarrollo del programa Reforesta Oaxaca.

A través de la Secretaría de Infraestructuras y Comunicaciones (Sinfra) la administración estatal trabajará en un proyecto de alumbrado público con 2 millones 200 mil pesos y para la red de distribución eléctrica un monto similar, sumando 4 millones 785 mil pesos.

Caminos Bienestar (Cabien) trabajará para la construcción del puente vehicular que conduce de Villa Sola de Vega a Santa Cruz Zenzontepec, con una inversión de 14 millones 427 mil pesos. 

En total, el Gobierno estatal realizará una inversión de 33 millones 385 mil pesos, para beneficiar a este municipio.

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Oaxaca a la vanguardia con plataforma digital sobre Justicia Indígena

Reyes Mantecón, San Bartolo Coyotepec, Oax, 21 de Julio de 2023. El Centro de Información de Justicia Indígena (CIJI), del Poder Judicial del Estado, es un espacio de consulta, salvaguarda y diálogo en torno a los sistemas jurídicos indígenas que se configuran en el estado de Oaxaca y busca convertirse en un instrumento público, accesible y útil para visibilizar la justicia indígena y contribuir a la armonización entre las justicias estatal e indígena y afromexicana.

Entre sus objetivos se encuentran construir una base de datos que contenga información de sistemas jurídicos, sociodemográfica y cultural de los pueblos indígenas y afrodescendientes de Oaxaca y contar con información sobre la diversidad jurídica existente en las ocho regiones de Oaxaca, con la finalidad de fortalecer los derechos de este sector de la sociedad.

En la era de la digitalización, el CIJI es una herramienta de consulta única en México, que permite reunir en un solo espacio virtual información amplia, detallada y relevante sobre las diversas formas en que pueblos y comunidades indígenas resuelven algunos de sus conflictos, así como aquellos Juicios de Justicia Indígena y criterios que el Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca, ha adoptado a través de su Sala Indígena.

La plataforma disponible en el enlace www.justiciaindigenaoaxaca.mx, cuenta con casos presentados en las comunidades de Santa Ana del Valle, El Rastrojo, San Juan Copala, San Juan Bautista Atepec, Santa María Nativitas, Santa María Mixixtlán, San Cristóbal Suchixtlahuaca, San Jerónimo Tlacochahuaya, Santiago Progreso, Villa Hidalgo Yalalag y Santiago Tlazoyaltepec.

El Poder Judicial del Estado, invita a la sociedad en general a conocer y consultar este Centro que es resultado del esfuerzo conjunto del Poder Judicial del Estado con el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) e instituciones académicas y de la sociedad civil.

Llegada de la onda tropical 15 ocasionará lluvias en el estado

Oaxaca de Juárez, Oax. 21 de julio de 2023.- La Coordinación Estatal de Protección Civil y Gestión de Riesgos (CEPCyGR) informa que debido al pronóstico emitido por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) se prevén lluvias moderadas a fuertes acompañadas de posible actividad eléctrica y rachas de viento en zonas de tormenta debido a la llegada de la onda tropical número 15 a la entidad oaxaqueña.

En tanto, para la Sierra Sur, Cuenca del Papaloapan y Sierra de Juárez se esperan lluvias puntuales fuertes acompañadas de actividad eléctrica.

En los Valles Centrales, Sierra de Flores Magón, Mixteca, Istmo y Costa  se podrían presentar intervalos de chubascos y lloviznas escasas sin descartar la posibilidad de tormenta eléctrica. En el Golfo de Tehuantepec prevalecerán las rachas de viento de 20 a 35 kilómetros por hora.

Mientras que en zonas montañosas aumentarán las áreas de niebla que pueden reducir la visibilidad, por ello se recomienda a las y los conductores moderar su velocidad y tener listas sus luces de emergencia.

Durante el día se esperan condiciones de cielo despejado a medio nublado con ambiente fresco a muy caluroso, mientras que en horas de la tarde o noche se espera el desarrollo de algunos nublados.

Las temperaturas para este día son las siguientes:

● Valles Centrales, mínima de 14 y máxima de 31 grados.

● Istmo de Tehuantepec, mínima de 20 y máxima de 39 grados.

● Cuenca del Papaloapan, mínima de 19 y máxima de 36 grados.

● Costa, mínima de 22 y máxima de 35 grados.

● Mixteca, mínima de 14 y máxima de 32 grados.

● Sierra de Flores Magón, mínima de 18 y máxima de 32 grados.

● Sierra de Juárez, mínima de 8 grados y máxima de 26 grados.

● Sierra Sur, mínima de 12 y máxima de 28 grados.

 

La CEPCyGR exhorta a la población a tomar precauciones y seguir las recomendaciones de Protección Civil y Capitanías de Puerto; así como mantenerse informado a través de los medios y redes sociales oficiales: Facebook @CEPCYGRGobOax y Twitter @CEPCyGR_GobOax.

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Llegada de la onda tropical 15 ocasionará lluvias en el estado

Oaxaca de Juárez, Oax. 21 de julio de 2023.- La Coordinación Estatal de Protección Civil y Gestión de Riesgos (CEPCyGR) informa que debido al pronóstico emitido por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) se prevén lluvias moderadas a fuertes acompañadas de posible actividad eléctrica y rachas de viento en zonas de tormenta debido a la llegada de la onda tropical número 15 a la entidad oaxaqueña.

En tanto, para la Sierra Sur, Cuenca del Papaloapan y Sierra de Juárez se esperan lluvias puntuales fuertes acompañadas de actividad eléctrica.

En los Valles Centrales, Sierra de Flores Magón, Mixteca, Istmo y Costa  se podrían presentar intervalos de chubascos y lloviznas escasas sin descartar la posibilidad de tormenta eléctrica. En el Golfo de Tehuantepec prevalecerán las rachas de viento de 20 a 35 kilómetros por hora.

Mientras que en zonas montañosas aumentarán las áreas de niebla que pueden reducir la visibilidad, por ello se recomienda a las y los conductores moderar su velocidad y tener listas sus luces de emergencia.

Durante el día se esperan condiciones de cielo despejado a medio nublado con ambiente fresco a muy caluroso, mientras que en horas de la tarde o noche se espera el desarrollo de algunos nublados.

Las temperaturas para este día son las siguientes:

● Valles Centrales, mínima de 14 y máxima de 31 grados.

● Istmo de Tehuantepec, mínima de 20 y máxima de 39 grados.

● Cuenca del Papaloapan, mínima de 19 y máxima de 36 grados.

● Costa, mínima de 22 y máxima de 35 grados.

● Mixteca, mínima de 14 y máxima de 32 grados.

● Sierra de Flores Magón, mínima de 18 y máxima de 32 grados.

● Sierra de Juárez, mínima de 8 grados y máxima de 26 grados.

● Sierra Sur, mínima de 12 y máxima de 28 grados.

 

La CEPCyGR exhorta a la población a tomar precauciones y seguir las recomendaciones de Protección Civil y Capitanías de Puerto; así como mantenerse informado a través de los medios y redes sociales oficiales: Facebook @CEPCYGRGobOax y Twitter @CEPCyGR_GobOax.

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Llegada de la onda tropical 15 ocasionará lluvias en el estado

Oaxaca de Juárez, Oax. 21 de julio de 2023.- La Coordinación Estatal de Protección Civil y Gestión de Riesgos (CEPCyGR) informa que debido al pronóstico emitido por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) se prevén lluvias moderadas a fuertes acompañadas de posible actividad eléctrica y rachas de viento en zonas de tormenta debido a la llegada de la onda tropical número 15 a la entidad oaxaqueña.

En tanto, para la Sierra Sur, Cuenca del Papaloapan y Sierra de Juárez se esperan lluvias puntuales fuertes acompañadas de actividad eléctrica.

En los Valles Centrales, Sierra de Flores Magón, Mixteca, Istmo y Costa  se podrían presentar intervalos de chubascos y lloviznas escasas sin descartar la posibilidad de tormenta eléctrica. En el Golfo de Tehuantepec prevalecerán las rachas de viento de 20 a 35 kilómetros por hora.

Mientras que en zonas montañosas aumentarán las áreas de niebla que pueden reducir la visibilidad, por ello se recomienda a las y los conductores moderar su velocidad y tener listas sus luces de emergencia.

Durante el día se esperan condiciones de cielo despejado a medio nublado con ambiente fresco a muy caluroso, mientras que en horas de la tarde o noche se espera el desarrollo de algunos nublados.

Las temperaturas para este día son las siguientes:

● Valles Centrales, mínima de 14 y máxima de 31 grados.

● Istmo de Tehuantepec, mínima de 20 y máxima de 39 grados.

● Cuenca del Papaloapan, mínima de 19 y máxima de 36 grados.

● Costa, mínima de 22 y máxima de 35 grados.

● Mixteca, mínima de 14 y máxima de 32 grados.

● Sierra de Flores Magón, mínima de 18 y máxima de 32 grados.

● Sierra de Juárez, mínima de 8 grados y máxima de 26 grados.

● Sierra Sur, mínima de 12 y máxima de 28 grados.

 

La CEPCyGR exhorta a la población a tomar precauciones y seguir las recomendaciones de Protección Civil y Capitanías de Puerto; así como mantenerse informado a través de los medios y redes sociales oficiales: Facebook @CEPCYGRGobOax y Twitter @CEPCyGR_GobOax.

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Oaxaca de Juárez, Oax. 21 de julio de 2023.- La Coordinación Estatal de Protección Civil y Gestión de Riesgos (CEPCyGR) informa que debido al pronóstico emitido por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) se prevén lluvias moderadas a fuertes acompañadas de posible actividad eléctrica y rachas de viento en zonas de tormenta debido a la llegada de la onda tropical número 15 a la entidad oaxaqueña.

En tanto, para la Sierra Sur, Cuenca del Papaloapan y Sierra de Juárez se esperan lluvias puntuales fuertes acompañadas de actividad eléctrica.

En los Valles Centrales, Sierra de Flores Magón, Mixteca, Istmo y Costa  se podrían presentar intervalos de chubascos y lloviznas escasas sin descartar la posibilidad de tormenta eléctrica. En el Golfo de Tehuantepec prevalecerán las rachas de viento de 20 a 35 kilómetros por hora.

Mientras que en zonas montañosas aumentarán las áreas de niebla que pueden reducir la visibilidad, por ello se recomienda a las y los conductores moderar su velocidad y tener listas sus luces de emergencia.

Durante el día se esperan condiciones de cielo despejado a medio nublado con ambiente fresco a muy caluroso, mientras que en horas de la tarde o noche se espera el desarrollo de algunos nublados.

Las temperaturas para este día son las siguientes:

● Valles Centrales, mínima de 14 y máxima de 31 grados.

● Istmo de Tehuantepec, mínima de 20 y máxima de 39 grados.

● Cuenca del Papaloapan, mínima de 19 y máxima de 36 grados.

● Costa, mínima de 22 y máxima de 35 grados.

● Mixteca, mínima de 14 y máxima de 32 grados.

● Sierra de Flores Magón, mínima de 18 y máxima de 32 grados.

● Sierra de Juárez, mínima de 8 grados y máxima de 26 grados.

● Sierra Sur, mínima de 12 y máxima de 28 grados.

 

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Oaxaca de Juárez, Oax. 21 de julio de 2023.- La Coordinación Estatal de Protección Civil y Gestión de Riesgos (CEPCyGR) informa que debido al pronóstico emitido por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) se prevén lluvias moderadas a fuertes acompañadas de posible actividad eléctrica y rachas de viento en zonas de tormenta debido a la llegada de la onda tropical número 15 a la entidad oaxaqueña.

En tanto, para la Sierra Sur, Cuenca del Papaloapan y Sierra de Juárez se esperan lluvias puntuales fuertes acompañadas de actividad eléctrica.

En los Valles Centrales, Sierra de Flores Magón, Mixteca, Istmo y Costa  se podrían presentar intervalos de chubascos y lloviznas escasas sin descartar la posibilidad de tormenta eléctrica. En el Golfo de Tehuantepec prevalecerán las rachas de viento de 20 a 35 kilómetros por hora.

Mientras que en zonas montañosas aumentarán las áreas de niebla que pueden reducir la visibilidad, por ello se recomienda a las y los conductores moderar su velocidad y tener listas sus luces de emergencia.

Durante el día se esperan condiciones de cielo despejado a medio nublado con ambiente fresco a muy caluroso, mientras que en horas de la tarde o noche se espera el desarrollo de algunos nublados.

Las temperaturas para este día son las siguientes:

● Valles Centrales, mínima de 14 y máxima de 31 grados.

● Istmo de Tehuantepec, mínima de 20 y máxima de 39 grados.

● Cuenca del Papaloapan, mínima de 19 y máxima de 36 grados.

● Costa, mínima de 22 y máxima de 35 grados.

● Mixteca, mínima de 14 y máxima de 32 grados.

● Sierra de Flores Magón, mínima de 18 y máxima de 32 grados.

● Sierra de Juárez, mínima de 8 grados y máxima de 26 grados.

● Sierra Sur, mínima de 12 y máxima de 28 grados.

 

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Llegada de la onda tropical 15 ocasionará lluvias en el estado

Oaxaca de Juárez, Oax. 21 de julio de 2023.- La Coordinación Estatal de Protección Civil y Gestión de Riesgos (CEPCyGR) informa que debido al pronóstico emitido por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) se prevén lluvias moderadas a fuertes acompañadas de posible actividad eléctrica y rachas de viento en zonas de tormenta debido a la llegada de la onda tropical número 15 a la entidad oaxaqueña.

En tanto, para la Sierra Sur, Cuenca del Papaloapan y Sierra de Juárez se esperan lluvias puntuales fuertes acompañadas de actividad eléctrica.

En los Valles Centrales, Sierra de Flores Magón, Mixteca, Istmo y Costa  se podrían presentar intervalos de chubascos y lloviznas escasas sin descartar la posibilidad de tormenta eléctrica. En el Golfo de Tehuantepec prevalecerán las rachas de viento de 20 a 35 kilómetros por hora.

Mientras que en zonas montañosas aumentarán las áreas de niebla que pueden reducir la visibilidad, por ello se recomienda a las y los conductores moderar su velocidad y tener listas sus luces de emergencia.

Durante el día se esperan condiciones de cielo despejado a medio nublado con ambiente fresco a muy caluroso, mientras que en horas de la tarde o noche se espera el desarrollo de algunos nublados.

Las temperaturas para este día son las siguientes:

● Valles Centrales, mínima de 14 y máxima de 31 grados.

● Istmo de Tehuantepec, mínima de 20 y máxima de 39 grados.

● Cuenca del Papaloapan, mínima de 19 y máxima de 36 grados.

● Costa, mínima de 22 y máxima de 35 grados.

● Mixteca, mínima de 14 y máxima de 32 grados.

● Sierra de Flores Magón, mínima de 18 y máxima de 32 grados.

● Sierra de Juárez, mínima de 8 grados y máxima de 26 grados.

● Sierra Sur, mínima de 12 y máxima de 28 grados.

 

La CEPCyGR exhorta a la población a tomar precauciones y seguir las recomendaciones de Protección Civil y Capitanías de Puerto; así como mantenerse informado a través de los medios y redes sociales oficiales: Facebook @CEPCYGRGobOax y Twitter @CEPCyGR_GobOax.

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Edith Bernabé, la joven científica de Oaxaca que lucha para curar la tuberculosis

EL UNIVERSAL

Oaxaca de Juárez.— Los duraznos, los cerezos, los ciruelos y las plantas ornamentales que sembraban sus abuelos rememoran la infancia de Edith Bernabé Pérez, joven científica oaxaqueña cuyas investigaciones en genética y clonación arrojan resultados positivos encaminados a la creación de un nuevo antibiótico capaz de curar la tuberculosis.

Sus estudios, además, muestran que la proteína que ha desarrollado también tiene efectos antimicrobianas en el streptococcus, bacteria que causa enfermedades como faringitis, neumonía, infecciones de la piel y de las heridas, entre otras, y en el staphilococcus, bacteria que ocasiona infecciones en la sangre, en la piel, los huesos y los pulmones.

La relevancia de sus estudios por encontrar un antibiótico para curar la tuberculosis se fundamenta en que la bacteria que la provoca cada vez adquiere mayor resistencia hacia los medicamentos que existen, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), que en 2017 publicó una lista de las principales bacterias que se encuentran en un nivel crítico porque representa un problema de salud pública que si no se atiende podría convertirse en una pandemia.

Oaxaca de Juárez.— Los duraznos, los cerezos, los ciruelos y las plantas ornamentales que sembraban sus abuelos rememoran la infancia de Edith Bernabé Pérez, joven científica oaxaqueña cuyas investigaciones en genética y clonación arrojan resultados positivos encaminados a la creación de un nuevo antibiótico capaz de curar la tuberculosis.

Sus estudios, además, muestran que la proteína que ha desarrollado también tiene efectos antimicrobianas en el streptococcus, bacteria que causa enfermedades como faringitis, neumonía, infecciones de la piel y de las heridas, entre otras, y en el staphilococcus, bacteria que ocasiona infecciones en la sangre, en la piel, los huesos y los pulmones.

La relevancia de sus estudios por encontrar un antibiótico para curar la tuberculosis se fundamenta en que la bacteria que la provoca cada vez adquiere mayor resistencia hacia los medicamentos que existen, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), que en 2017 publicó una lista de las principales bacterias que se encuentran en un nivel crítico porque representa un problema de salud pública que si no se atiende podría convertirse en una pandemia.

En el caso de la tuberculosis, las cifras son alarmantes, a lo que se suma que se trata de una enfermedad que se extiende en diferentes continentes, principalmente en Asia y en África, pero también en América. En el mundo aproximadamente 4 mil personas mueren al día a causa de esta enfermedad y 700 más se enferman diariamente.

En Oaxaca, por ejemplo, se han reportado 760 casos sólo en lo que va de 2023.

“La tuberculosis es una de las bacterias más antiguas que no ha podido ser erradicada. Actualmente, sí existen antibióticos para tuberculosis; sin embargo, esta bacteria se está volviendo cada vez más resistente porque los medicamentos ya no pueden matarla”, explica la científica oaxaqueña.

Su historia

Edith Bernabé Pérez nació en San Martín Huamelulpan, una población de Tlaxiaco en la región Mixteca de Oaxaca. Su infancia, relata, la vivió con sus abuelos, porque su madre debía trabajar.

“Fue una infancia bonita para mí, siempre estuve alrededor del campo. Siempre me han gustado mucho los árboles, las plantas. Mi familia se dedicaba a la agronomía y yo estuve presente en todos esos procesos”, comentó la científica.

La química, la biología y la ciencia le atrajeron desde sus estudios básicos, y le gustaba participar en los proyectos de ciencia, elaborar maquetas de la célula y las observaciones en el microscopio.

Pero fue hasta el bachillerato que Edith decidió dedicarse a la ciencia. Su intención, recuerda, era estudiar biotecnología o ingeniería genética, pero ante sus posibilidades económicas decidió estudiar Ingeniería Química en el Instituto Tecnológico de Oaxaca (ITO), donde la materia de microbiología fue clave para decidir y persistir en estudiar genética y biotecnología.

“Venir de una comunidad donde no se cuenta con todos los recursos desde un inicio me ha llevado a tener que emigrar, primero hacia la ciudad de Oaxaca, donde estudié en el Instituto, y posteriormente realizar otros contactos con otros investigadores”, dijo.

Con ese camino trazado, la joven comenzó a realizar estancias académicas en instituciones de prestigio, como el Laboratorio de Genética del Desarrollo del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional en Irapuato, el Laboratorio de Diagnóstico Molecular de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, el Laboratorio de Síntesis y Secuenciación de ADN de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Laboratorio de Ecología Molecular de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, el Laboratorio de Microbiología del ITO y en el Laboratorio Open-Lab. Hoy, todas ellas son colaboradoras de su investigación para curar la tuberculosis.

“El primer contacto que he tenido fue con un laboratorio que se llama Open-Lab de la Ciudad de México. Ellos fueron los primeros con los que interactúe para poder tomar cursos, conocer que había programas como clubes de ciencia donde podía integrarme e ir adquiriendo nuevos conocimientos de estas nuevas tecnologías que aquí en Oaxaca no las tenemos. Ese fue el primer encuentro para poder salir hacia otros lugares para poder expandir un poco más los conocimientos y afrontar estas limitantes”, comentó Edith.

Actualmente tiene la maestría en Desarrollo Regional y Tecnológico por el ITO y el doctorado en Biomedicina Experimental por la UABJO.

Al preguntarle cómo fue que una mujer indígena pudo abrirse paso en el mundo de la ciencia, Edith comentó que todo el proceso ha sido difícil, dado que, por el hecho de ser mujer e indígena, todo ha sido muy limitante.

“Ha sido difícil. Si enfocamos hacia otras comunidades, las mujeres no tienen esa posibilidad de poder salir, es más, muchas mujeres ni siquiera saben que pueden estudiar una maestría o un doctorado, no saben que pueden ser financiadas por parte del Conhacyt para abrirse hacia el mundo de la investigación.

“Ha sido muy limitante en el sentido de ser mujer y ser indígena. A mí sí me gustaría que todo este conocimiento que se genera en el área de investigación, y más que conocimiento, todas estas oportunidades que a mí se han dado en el trayecto sí poder compartirlas, llevarlas hasta esas comunidades más indígenas que la mía, donde sí se hablan las lenguas y se mantiene su cultura, que por lo menos conozcan, sepan, que hay algo más fuera de esa comunidad para que se puedan desarrollar en el ámbito de la ciencia y la tecnología, en idiomas, en diversas cuestiones”, dijo Edith.

El nacimiento de una cura

La bacteriocina, proteína antibiótica que Edith Bernabé Pérez ha encontrado en sus investigaciones, nace de una bacteria que vive en el suelo y fue aislada de la rizosfera del maíz. En ella se encontró que generaba un halo de inhibición, es decir, que mataba a todos los microorganismos a su alrededor y por ello dedujo que podía funcionar como un antibiótico.

Fue así como la joven científica oaxaqueña inició el proceso para clonarla: “La manipulamos, le extraemos el ADN con diferentes técnicas de laboratorio, con reactivos que nos permiten poder separar ese material, y ya que la tenemos pura la podemos usar para diferentes fines; uno de ellos es clonarla”.

Cuando Edith habla sobre sus hallazgos se tiene la certeza de que se está escuchando a una experta. Así lo indica la seguridad de su voz y la elección precisa de cada una de sus palabras.

“Este material genético se corta con unas tijeras y es el que se codifica para la bacteriocina, para el antibiótico; entonces, lo saco y lo meto un receptor que me sirve para que lo integre en su genoma. Ya que lo tengo dentro me permite estudiarlo”, narra entusiasmada.

En estos meses, Edith ha realizado también la evaluación de la proteína sobre cepas de streptococcus y staphilococcus, algunos provenientes de alimentos y de otra bacteria resistente a antibióticos, donde han tenido resultados efectivos.

Con la tuberculosis actualmente está realizando la evaluación sobre 20 aislados clínicos, lo cual tarda por lo menos tres meses en crecer. Desde el día uno de la inoculación hasta saber si funciona, el proceso tarda aproximadamente tres meses. “Ahorita nos encontramos en la fase de evaluación. Sin embargo, con otros aislados sí hemos podido ver la actividad inhibitoria”, dijo

Edith sabe que los resultados de su trabajo son esperanzadores, un diagnóstico que es compartido por una decena de expertos que participan junto con la oaxaqueña en las investigaciones, como la doctora Simpson Williamson June Kilpatrick del Laboratorio de Genética del Desarrollo del Cinvestav, la doctora Lucía Martínez de la UABJO, el doctor Paul Gaytán Colín del Instituto de Biotecnología de la UNAM, Verónica Quintero Hernández del Laboratorio de Ecología Molecular Microbiana y Luis Javier Toledo Flores del Laboratorio de Microbiología del ITO, entre otros.

Todos ellos esperan que una nueva cura contra la tuberculosis esté por asomarse y corone todos los años de trabajo que iniciaron con la curiosidad de aquella niña que creció entre duraznos y cerezos en la Mixteca oaxaqueña.

Edith Bernabé, la joven científica de Oaxaca que lucha para curar la tuberculosis

EL UNIVERSAL

Oaxaca de Juárez.— Los duraznos, los cerezos, los ciruelos y las plantas ornamentales que sembraban sus abuelos rememoran la infancia de Edith Bernabé Pérez, joven científica oaxaqueña cuyas investigaciones en genética y clonación arrojan resultados positivos encaminados a la creación de un nuevo antibiótico capaz de curar la tuberculosis.

Sus estudios, además, muestran que la proteína que ha desarrollado también tiene efectos antimicrobianas en el streptococcus, bacteria que causa enfermedades como faringitis, neumonía, infecciones de la piel y de las heridas, entre otras, y en el staphilococcus, bacteria que ocasiona infecciones en la sangre, en la piel, los huesos y los pulmones.

La relevancia de sus estudios por encontrar un antibiótico para curar la tuberculosis se fundamenta en que la bacteria que la provoca cada vez adquiere mayor resistencia hacia los medicamentos que existen, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), que en 2017 publicó una lista de las principales bacterias que se encuentran en un nivel crítico porque representa un problema de salud pública que si no se atiende podría convertirse en una pandemia.

Oaxaca de Juárez.— Los duraznos, los cerezos, los ciruelos y las plantas ornamentales que sembraban sus abuelos rememoran la infancia de Edith Bernabé Pérez, joven científica oaxaqueña cuyas investigaciones en genética y clonación arrojan resultados positivos encaminados a la creación de un nuevo antibiótico capaz de curar la tuberculosis.

Sus estudios, además, muestran que la proteína que ha desarrollado también tiene efectos antimicrobianas en el streptococcus, bacteria que causa enfermedades como faringitis, neumonía, infecciones de la piel y de las heridas, entre otras, y en el staphilococcus, bacteria que ocasiona infecciones en la sangre, en la piel, los huesos y los pulmones.

La relevancia de sus estudios por encontrar un antibiótico para curar la tuberculosis se fundamenta en que la bacteria que la provoca cada vez adquiere mayor resistencia hacia los medicamentos que existen, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), que en 2017 publicó una lista de las principales bacterias que se encuentran en un nivel crítico porque representa un problema de salud pública que si no se atiende podría convertirse en una pandemia.

En el caso de la tuberculosis, las cifras son alarmantes, a lo que se suma que se trata de una enfermedad que se extiende en diferentes continentes, principalmente en Asia y en África, pero también en América. En el mundo aproximadamente 4 mil personas mueren al día a causa de esta enfermedad y 700 más se enferman diariamente.

En Oaxaca, por ejemplo, se han reportado 760 casos sólo en lo que va de 2023.

“La tuberculosis es una de las bacterias más antiguas que no ha podido ser erradicada. Actualmente, sí existen antibióticos para tuberculosis; sin embargo, esta bacteria se está volviendo cada vez más resistente porque los medicamentos ya no pueden matarla”, explica la científica oaxaqueña.

Su historia

Edith Bernabé Pérez nació en San Martín Huamelulpan, una población de Tlaxiaco en la región Mixteca de Oaxaca. Su infancia, relata, la vivió con sus abuelos, porque su madre debía trabajar.

“Fue una infancia bonita para mí, siempre estuve alrededor del campo. Siempre me han gustado mucho los árboles, las plantas. Mi familia se dedicaba a la agronomía y yo estuve presente en todos esos procesos”, comentó la científica.

La química, la biología y la ciencia le atrajeron desde sus estudios básicos, y le gustaba participar en los proyectos de ciencia, elaborar maquetas de la célula y las observaciones en el microscopio.

Pero fue hasta el bachillerato que Edith decidió dedicarse a la ciencia. Su intención, recuerda, era estudiar biotecnología o ingeniería genética, pero ante sus posibilidades económicas decidió estudiar Ingeniería Química en el Instituto Tecnológico de Oaxaca (ITO), donde la materia de microbiología fue clave para decidir y persistir en estudiar genética y biotecnología.

“Venir de una comunidad donde no se cuenta con todos los recursos desde un inicio me ha llevado a tener que emigrar, primero hacia la ciudad de Oaxaca, donde estudié en el Instituto, y posteriormente realizar otros contactos con otros investigadores”, dijo.

Con ese camino trazado, la joven comenzó a realizar estancias académicas en instituciones de prestigio, como el Laboratorio de Genética del Desarrollo del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional en Irapuato, el Laboratorio de Diagnóstico Molecular de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, el Laboratorio de Síntesis y Secuenciación de ADN de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Laboratorio de Ecología Molecular de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, el Laboratorio de Microbiología del ITO y en el Laboratorio Open-Lab. Hoy, todas ellas son colaboradoras de su investigación para curar la tuberculosis.

“El primer contacto que he tenido fue con un laboratorio que se llama Open-Lab de la Ciudad de México. Ellos fueron los primeros con los que interactúe para poder tomar cursos, conocer que había programas como clubes de ciencia donde podía integrarme e ir adquiriendo nuevos conocimientos de estas nuevas tecnologías que aquí en Oaxaca no las tenemos. Ese fue el primer encuentro para poder salir hacia otros lugares para poder expandir un poco más los conocimientos y afrontar estas limitantes”, comentó Edith.

Actualmente tiene la maestría en Desarrollo Regional y Tecnológico por el ITO y el doctorado en Biomedicina Experimental por la UABJO.

Al preguntarle cómo fue que una mujer indígena pudo abrirse paso en el mundo de la ciencia, Edith comentó que todo el proceso ha sido difícil, dado que, por el hecho de ser mujer e indígena, todo ha sido muy limitante.

“Ha sido difícil. Si enfocamos hacia otras comunidades, las mujeres no tienen esa posibilidad de poder salir, es más, muchas mujeres ni siquiera saben que pueden estudiar una maestría o un doctorado, no saben que pueden ser financiadas por parte del Conhacyt para abrirse hacia el mundo de la investigación.

“Ha sido muy limitante en el sentido de ser mujer y ser indígena. A mí sí me gustaría que todo este conocimiento que se genera en el área de investigación, y más que conocimiento, todas estas oportunidades que a mí se han dado en el trayecto sí poder compartirlas, llevarlas hasta esas comunidades más indígenas que la mía, donde sí se hablan las lenguas y se mantiene su cultura, que por lo menos conozcan, sepan, que hay algo más fuera de esa comunidad para que se puedan desarrollar en el ámbito de la ciencia y la tecnología, en idiomas, en diversas cuestiones”, dijo Edith.

El nacimiento de una cura

La bacteriocina, proteína antibiótica que Edith Bernabé Pérez ha encontrado en sus investigaciones, nace de una bacteria que vive en el suelo y fue aislada de la rizosfera del maíz. En ella se encontró que generaba un halo de inhibición, es decir, que mataba a todos los microorganismos a su alrededor y por ello dedujo que podía funcionar como un antibiótico.

Fue así como la joven científica oaxaqueña inició el proceso para clonarla: “La manipulamos, le extraemos el ADN con diferentes técnicas de laboratorio, con reactivos que nos permiten poder separar ese material, y ya que la tenemos pura la podemos usar para diferentes fines; uno de ellos es clonarla”.

Cuando Edith habla sobre sus hallazgos se tiene la certeza de que se está escuchando a una experta. Así lo indica la seguridad de su voz y la elección precisa de cada una de sus palabras.

“Este material genético se corta con unas tijeras y es el que se codifica para la bacteriocina, para el antibiótico; entonces, lo saco y lo meto un receptor que me sirve para que lo integre en su genoma. Ya que lo tengo dentro me permite estudiarlo”, narra entusiasmada.

En estos meses, Edith ha realizado también la evaluación de la proteína sobre cepas de streptococcus y staphilococcus, algunos provenientes de alimentos y de otra bacteria resistente a antibióticos, donde han tenido resultados efectivos.

Con la tuberculosis actualmente está realizando la evaluación sobre 20 aislados clínicos, lo cual tarda por lo menos tres meses en crecer. Desde el día uno de la inoculación hasta saber si funciona, el proceso tarda aproximadamente tres meses. “Ahorita nos encontramos en la fase de evaluación. Sin embargo, con otros aislados sí hemos podido ver la actividad inhibitoria”, dijo

Edith sabe que los resultados de su trabajo son esperanzadores, un diagnóstico que es compartido por una decena de expertos que participan junto con la oaxaqueña en las investigaciones, como la doctora Simpson Williamson June Kilpatrick del Laboratorio de Genética del Desarrollo del Cinvestav, la doctora Lucía Martínez de la UABJO, el doctor Paul Gaytán Colín del Instituto de Biotecnología de la UNAM, Verónica Quintero Hernández del Laboratorio de Ecología Molecular Microbiana y Luis Javier Toledo Flores del Laboratorio de Microbiología del ITO, entre otros.

Todos ellos esperan que una nueva cura contra la tuberculosis esté por asomarse y corone todos los años de trabajo que iniciaron con la curiosidad de aquella niña que creció entre duraznos y cerezos en la Mixteca oaxaqueña.

Edith Bernabé, la joven científica de Oaxaca que lucha para curar la tuberculosis

EL UNIVERSAL

Oaxaca de Juárez.— Los duraznos, los cerezos, los ciruelos y las plantas ornamentales que sembraban sus abuelos rememoran la infancia de Edith Bernabé Pérez, joven científica oaxaqueña cuyas investigaciones en genética y clonación arrojan resultados positivos encaminados a la creación de un nuevo antibiótico capaz de curar la tuberculosis.

Sus estudios, además, muestran que la proteína que ha desarrollado también tiene efectos antimicrobianas en el streptococcus, bacteria que causa enfermedades como faringitis, neumonía, infecciones de la piel y de las heridas, entre otras, y en el staphilococcus, bacteria que ocasiona infecciones en la sangre, en la piel, los huesos y los pulmones.

La relevancia de sus estudios por encontrar un antibiótico para curar la tuberculosis se fundamenta en que la bacteria que la provoca cada vez adquiere mayor resistencia hacia los medicamentos que existen, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), que en 2017 publicó una lista de las principales bacterias que se encuentran en un nivel crítico porque representa un problema de salud pública que si no se atiende podría convertirse en una pandemia.

Oaxaca de Juárez.— Los duraznos, los cerezos, los ciruelos y las plantas ornamentales que sembraban sus abuelos rememoran la infancia de Edith Bernabé Pérez, joven científica oaxaqueña cuyas investigaciones en genética y clonación arrojan resultados positivos encaminados a la creación de un nuevo antibiótico capaz de curar la tuberculosis.

Sus estudios, además, muestran que la proteína que ha desarrollado también tiene efectos antimicrobianas en el streptococcus, bacteria que causa enfermedades como faringitis, neumonía, infecciones de la piel y de las heridas, entre otras, y en el staphilococcus, bacteria que ocasiona infecciones en la sangre, en la piel, los huesos y los pulmones.

La relevancia de sus estudios por encontrar un antibiótico para curar la tuberculosis se fundamenta en que la bacteria que la provoca cada vez adquiere mayor resistencia hacia los medicamentos que existen, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), que en 2017 publicó una lista de las principales bacterias que se encuentran en un nivel crítico porque representa un problema de salud pública que si no se atiende podría convertirse en una pandemia.

En el caso de la tuberculosis, las cifras son alarmantes, a lo que se suma que se trata de una enfermedad que se extiende en diferentes continentes, principalmente en Asia y en África, pero también en América. En el mundo aproximadamente 4 mil personas mueren al día a causa de esta enfermedad y 700 más se enferman diariamente.

En Oaxaca, por ejemplo, se han reportado 760 casos sólo en lo que va de 2023.

“La tuberculosis es una de las bacterias más antiguas que no ha podido ser erradicada. Actualmente, sí existen antibióticos para tuberculosis; sin embargo, esta bacteria se está volviendo cada vez más resistente porque los medicamentos ya no pueden matarla”, explica la científica oaxaqueña.

Su historia

Edith Bernabé Pérez nació en San Martín Huamelulpan, una población de Tlaxiaco en la región Mixteca de Oaxaca. Su infancia, relata, la vivió con sus abuelos, porque su madre debía trabajar.

“Fue una infancia bonita para mí, siempre estuve alrededor del campo. Siempre me han gustado mucho los árboles, las plantas. Mi familia se dedicaba a la agronomía y yo estuve presente en todos esos procesos”, comentó la científica.

La química, la biología y la ciencia le atrajeron desde sus estudios básicos, y le gustaba participar en los proyectos de ciencia, elaborar maquetas de la célula y las observaciones en el microscopio.

Pero fue hasta el bachillerato que Edith decidió dedicarse a la ciencia. Su intención, recuerda, era estudiar biotecnología o ingeniería genética, pero ante sus posibilidades económicas decidió estudiar Ingeniería Química en el Instituto Tecnológico de Oaxaca (ITO), donde la materia de microbiología fue clave para decidir y persistir en estudiar genética y biotecnología.

“Venir de una comunidad donde no se cuenta con todos los recursos desde un inicio me ha llevado a tener que emigrar, primero hacia la ciudad de Oaxaca, donde estudié en el Instituto, y posteriormente realizar otros contactos con otros investigadores”, dijo.

Con ese camino trazado, la joven comenzó a realizar estancias académicas en instituciones de prestigio, como el Laboratorio de Genética del Desarrollo del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional en Irapuato, el Laboratorio de Diagnóstico Molecular de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, el Laboratorio de Síntesis y Secuenciación de ADN de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Laboratorio de Ecología Molecular de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, el Laboratorio de Microbiología del ITO y en el Laboratorio Open-Lab. Hoy, todas ellas son colaboradoras de su investigación para curar la tuberculosis.

“El primer contacto que he tenido fue con un laboratorio que se llama Open-Lab de la Ciudad de México. Ellos fueron los primeros con los que interactúe para poder tomar cursos, conocer que había programas como clubes de ciencia donde podía integrarme e ir adquiriendo nuevos conocimientos de estas nuevas tecnologías que aquí en Oaxaca no las tenemos. Ese fue el primer encuentro para poder salir hacia otros lugares para poder expandir un poco más los conocimientos y afrontar estas limitantes”, comentó Edith.

Actualmente tiene la maestría en Desarrollo Regional y Tecnológico por el ITO y el doctorado en Biomedicina Experimental por la UABJO.

Al preguntarle cómo fue que una mujer indígena pudo abrirse paso en el mundo de la ciencia, Edith comentó que todo el proceso ha sido difícil, dado que, por el hecho de ser mujer e indígena, todo ha sido muy limitante.

“Ha sido difícil. Si enfocamos hacia otras comunidades, las mujeres no tienen esa posibilidad de poder salir, es más, muchas mujeres ni siquiera saben que pueden estudiar una maestría o un doctorado, no saben que pueden ser financiadas por parte del Conhacyt para abrirse hacia el mundo de la investigación.

“Ha sido muy limitante en el sentido de ser mujer y ser indígena. A mí sí me gustaría que todo este conocimiento que se genera en el área de investigación, y más que conocimiento, todas estas oportunidades que a mí se han dado en el trayecto sí poder compartirlas, llevarlas hasta esas comunidades más indígenas que la mía, donde sí se hablan las lenguas y se mantiene su cultura, que por lo menos conozcan, sepan, que hay algo más fuera de esa comunidad para que se puedan desarrollar en el ámbito de la ciencia y la tecnología, en idiomas, en diversas cuestiones”, dijo Edith.

El nacimiento de una cura

La bacteriocina, proteína antibiótica que Edith Bernabé Pérez ha encontrado en sus investigaciones, nace de una bacteria que vive en el suelo y fue aislada de la rizosfera del maíz. En ella se encontró que generaba un halo de inhibición, es decir, que mataba a todos los microorganismos a su alrededor y por ello dedujo que podía funcionar como un antibiótico.

Fue así como la joven científica oaxaqueña inició el proceso para clonarla: “La manipulamos, le extraemos el ADN con diferentes técnicas de laboratorio, con reactivos que nos permiten poder separar ese material, y ya que la tenemos pura la podemos usar para diferentes fines; uno de ellos es clonarla”.

Cuando Edith habla sobre sus hallazgos se tiene la certeza de que se está escuchando a una experta. Así lo indica la seguridad de su voz y la elección precisa de cada una de sus palabras.

“Este material genético se corta con unas tijeras y es el que se codifica para la bacteriocina, para el antibiótico; entonces, lo saco y lo meto un receptor que me sirve para que lo integre en su genoma. Ya que lo tengo dentro me permite estudiarlo”, narra entusiasmada.

En estos meses, Edith ha realizado también la evaluación de la proteína sobre cepas de streptococcus y staphilococcus, algunos provenientes de alimentos y de otra bacteria resistente a antibióticos, donde han tenido resultados efectivos.

Con la tuberculosis actualmente está realizando la evaluación sobre 20 aislados clínicos, lo cual tarda por lo menos tres meses en crecer. Desde el día uno de la inoculación hasta saber si funciona, el proceso tarda aproximadamente tres meses. “Ahorita nos encontramos en la fase de evaluación. Sin embargo, con otros aislados sí hemos podido ver la actividad inhibitoria”, dijo

Edith sabe que los resultados de su trabajo son esperanzadores, un diagnóstico que es compartido por una decena de expertos que participan junto con la oaxaqueña en las investigaciones, como la doctora Simpson Williamson June Kilpatrick del Laboratorio de Genética del Desarrollo del Cinvestav, la doctora Lucía Martínez de la UABJO, el doctor Paul Gaytán Colín del Instituto de Biotecnología de la UNAM, Verónica Quintero Hernández del Laboratorio de Ecología Molecular Microbiana y Luis Javier Toledo Flores del Laboratorio de Microbiología del ITO, entre otros.

Todos ellos esperan que una nueva cura contra la tuberculosis esté por asomarse y corone todos los años de trabajo que iniciaron con la curiosidad de aquella niña que creció entre duraznos y cerezos en la Mixteca oaxaqueña.

Edith Bernabé, la joven científica de Oaxaca que lucha para curar la tuberculosis

EL UNIVERSAL

Oaxaca de Juárez.— Los duraznos, los cerezos, los ciruelos y las plantas ornamentales que sembraban sus abuelos rememoran la infancia de Edith Bernabé Pérez, joven científica oaxaqueña cuyas investigaciones en genética y clonación arrojan resultados positivos encaminados a la creación de un nuevo antibiótico capaz de curar la tuberculosis.

Sus estudios, además, muestran que la proteína que ha desarrollado también tiene efectos antimicrobianas en el streptococcus, bacteria que causa enfermedades como faringitis, neumonía, infecciones de la piel y de las heridas, entre otras, y en el staphilococcus, bacteria que ocasiona infecciones en la sangre, en la piel, los huesos y los pulmones.

La relevancia de sus estudios por encontrar un antibiótico para curar la tuberculosis se fundamenta en que la bacteria que la provoca cada vez adquiere mayor resistencia hacia los medicamentos que existen, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), que en 2017 publicó una lista de las principales bacterias que se encuentran en un nivel crítico porque representa un problema de salud pública que si no se atiende podría convertirse en una pandemia.

Oaxaca de Juárez.— Los duraznos, los cerezos, los ciruelos y las plantas ornamentales que sembraban sus abuelos rememoran la infancia de Edith Bernabé Pérez, joven científica oaxaqueña cuyas investigaciones en genética y clonación arrojan resultados positivos encaminados a la creación de un nuevo antibiótico capaz de curar la tuberculosis.

Sus estudios, además, muestran que la proteína que ha desarrollado también tiene efectos antimicrobianas en el streptococcus, bacteria que causa enfermedades como faringitis, neumonía, infecciones de la piel y de las heridas, entre otras, y en el staphilococcus, bacteria que ocasiona infecciones en la sangre, en la piel, los huesos y los pulmones.

La relevancia de sus estudios por encontrar un antibiótico para curar la tuberculosis se fundamenta en que la bacteria que la provoca cada vez adquiere mayor resistencia hacia los medicamentos que existen, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), que en 2017 publicó una lista de las principales bacterias que se encuentran en un nivel crítico porque representa un problema de salud pública que si no se atiende podría convertirse en una pandemia.

En el caso de la tuberculosis, las cifras son alarmantes, a lo que se suma que se trata de una enfermedad que se extiende en diferentes continentes, principalmente en Asia y en África, pero también en América. En el mundo aproximadamente 4 mil personas mueren al día a causa de esta enfermedad y 700 más se enferman diariamente.

En Oaxaca, por ejemplo, se han reportado 760 casos sólo en lo que va de 2023.

“La tuberculosis es una de las bacterias más antiguas que no ha podido ser erradicada. Actualmente, sí existen antibióticos para tuberculosis; sin embargo, esta bacteria se está volviendo cada vez más resistente porque los medicamentos ya no pueden matarla”, explica la científica oaxaqueña.

Su historia

Edith Bernabé Pérez nació en San Martín Huamelulpan, una población de Tlaxiaco en la región Mixteca de Oaxaca. Su infancia, relata, la vivió con sus abuelos, porque su madre debía trabajar.

“Fue una infancia bonita para mí, siempre estuve alrededor del campo. Siempre me han gustado mucho los árboles, las plantas. Mi familia se dedicaba a la agronomía y yo estuve presente en todos esos procesos”, comentó la científica.

La química, la biología y la ciencia le atrajeron desde sus estudios básicos, y le gustaba participar en los proyectos de ciencia, elaborar maquetas de la célula y las observaciones en el microscopio.

Pero fue hasta el bachillerato que Edith decidió dedicarse a la ciencia. Su intención, recuerda, era estudiar biotecnología o ingeniería genética, pero ante sus posibilidades económicas decidió estudiar Ingeniería Química en el Instituto Tecnológico de Oaxaca (ITO), donde la materia de microbiología fue clave para decidir y persistir en estudiar genética y biotecnología.

“Venir de una comunidad donde no se cuenta con todos los recursos desde un inicio me ha llevado a tener que emigrar, primero hacia la ciudad de Oaxaca, donde estudié en el Instituto, y posteriormente realizar otros contactos con otros investigadores”, dijo.

Con ese camino trazado, la joven comenzó a realizar estancias académicas en instituciones de prestigio, como el Laboratorio de Genética del Desarrollo del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional en Irapuato, el Laboratorio de Diagnóstico Molecular de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, el Laboratorio de Síntesis y Secuenciación de ADN de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Laboratorio de Ecología Molecular de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, el Laboratorio de Microbiología del ITO y en el Laboratorio Open-Lab. Hoy, todas ellas son colaboradoras de su investigación para curar la tuberculosis.

“El primer contacto que he tenido fue con un laboratorio que se llama Open-Lab de la Ciudad de México. Ellos fueron los primeros con los que interactúe para poder tomar cursos, conocer que había programas como clubes de ciencia donde podía integrarme e ir adquiriendo nuevos conocimientos de estas nuevas tecnologías que aquí en Oaxaca no las tenemos. Ese fue el primer encuentro para poder salir hacia otros lugares para poder expandir un poco más los conocimientos y afrontar estas limitantes”, comentó Edith.

Actualmente tiene la maestría en Desarrollo Regional y Tecnológico por el ITO y el doctorado en Biomedicina Experimental por la UABJO.

Al preguntarle cómo fue que una mujer indígena pudo abrirse paso en el mundo de la ciencia, Edith comentó que todo el proceso ha sido difícil, dado que, por el hecho de ser mujer e indígena, todo ha sido muy limitante.

“Ha sido difícil. Si enfocamos hacia otras comunidades, las mujeres no tienen esa posibilidad de poder salir, es más, muchas mujeres ni siquiera saben que pueden estudiar una maestría o un doctorado, no saben que pueden ser financiadas por parte del Conhacyt para abrirse hacia el mundo de la investigación.

“Ha sido muy limitante en el sentido de ser mujer y ser indígena. A mí sí me gustaría que todo este conocimiento que se genera en el área de investigación, y más que conocimiento, todas estas oportunidades que a mí se han dado en el trayecto sí poder compartirlas, llevarlas hasta esas comunidades más indígenas que la mía, donde sí se hablan las lenguas y se mantiene su cultura, que por lo menos conozcan, sepan, que hay algo más fuera de esa comunidad para que se puedan desarrollar en el ámbito de la ciencia y la tecnología, en idiomas, en diversas cuestiones”, dijo Edith.

El nacimiento de una cura

La bacteriocina, proteína antibiótica que Edith Bernabé Pérez ha encontrado en sus investigaciones, nace de una bacteria que vive en el suelo y fue aislada de la rizosfera del maíz. En ella se encontró que generaba un halo de inhibición, es decir, que mataba a todos los microorganismos a su alrededor y por ello dedujo que podía funcionar como un antibiótico.

Fue así como la joven científica oaxaqueña inició el proceso para clonarla: “La manipulamos, le extraemos el ADN con diferentes técnicas de laboratorio, con reactivos que nos permiten poder separar ese material, y ya que la tenemos pura la podemos usar para diferentes fines; uno de ellos es clonarla”.

Cuando Edith habla sobre sus hallazgos se tiene la certeza de que se está escuchando a una experta. Así lo indica la seguridad de su voz y la elección precisa de cada una de sus palabras.

“Este material genético se corta con unas tijeras y es el que se codifica para la bacteriocina, para el antibiótico; entonces, lo saco y lo meto un receptor que me sirve para que lo integre en su genoma. Ya que lo tengo dentro me permite estudiarlo”, narra entusiasmada.

En estos meses, Edith ha realizado también la evaluación de la proteína sobre cepas de streptococcus y staphilococcus, algunos provenientes de alimentos y de otra bacteria resistente a antibióticos, donde han tenido resultados efectivos.

Con la tuberculosis actualmente está realizando la evaluación sobre 20 aislados clínicos, lo cual tarda por lo menos tres meses en crecer. Desde el día uno de la inoculación hasta saber si funciona, el proceso tarda aproximadamente tres meses. “Ahorita nos encontramos en la fase de evaluación. Sin embargo, con otros aislados sí hemos podido ver la actividad inhibitoria”, dijo

Edith sabe que los resultados de su trabajo son esperanzadores, un diagnóstico que es compartido por una decena de expertos que participan junto con la oaxaqueña en las investigaciones, como la doctora Simpson Williamson June Kilpatrick del Laboratorio de Genética del Desarrollo del Cinvestav, la doctora Lucía Martínez de la UABJO, el doctor Paul Gaytán Colín del Instituto de Biotecnología de la UNAM, Verónica Quintero Hernández del Laboratorio de Ecología Molecular Microbiana y Luis Javier Toledo Flores del Laboratorio de Microbiología del ITO, entre otros.

Todos ellos esperan que una nueva cura contra la tuberculosis esté por asomarse y corone todos los años de trabajo que iniciaron con la curiosidad de aquella niña que creció entre duraznos y cerezos en la Mixteca oaxaqueña.

Edith Bernabé, la joven científica de Oaxaca que lucha para curar la tuberculosis

EL UNIVERSAL

Oaxaca de Juárez.— Los duraznos, los cerezos, los ciruelos y las plantas ornamentales que sembraban sus abuelos rememoran la infancia de Edith Bernabé Pérez, joven científica oaxaqueña cuyas investigaciones en genética y clonación arrojan resultados positivos encaminados a la creación de un nuevo antibiótico capaz de curar la tuberculosis.

Sus estudios, además, muestran que la proteína que ha desarrollado también tiene efectos antimicrobianas en el streptococcus, bacteria que causa enfermedades como faringitis, neumonía, infecciones de la piel y de las heridas, entre otras, y en el staphilococcus, bacteria que ocasiona infecciones en la sangre, en la piel, los huesos y los pulmones.

La relevancia de sus estudios por encontrar un antibiótico para curar la tuberculosis se fundamenta en que la bacteria que la provoca cada vez adquiere mayor resistencia hacia los medicamentos que existen, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), que en 2017 publicó una lista de las principales bacterias que se encuentran en un nivel crítico porque representa un problema de salud pública que si no se atiende podría convertirse en una pandemia.

Oaxaca de Juárez.— Los duraznos, los cerezos, los ciruelos y las plantas ornamentales que sembraban sus abuelos rememoran la infancia de Edith Bernabé Pérez, joven científica oaxaqueña cuyas investigaciones en genética y clonación arrojan resultados positivos encaminados a la creación de un nuevo antibiótico capaz de curar la tuberculosis.

Sus estudios, además, muestran que la proteína que ha desarrollado también tiene efectos antimicrobianas en el streptococcus, bacteria que causa enfermedades como faringitis, neumonía, infecciones de la piel y de las heridas, entre otras, y en el staphilococcus, bacteria que ocasiona infecciones en la sangre, en la piel, los huesos y los pulmones.

La relevancia de sus estudios por encontrar un antibiótico para curar la tuberculosis se fundamenta en que la bacteria que la provoca cada vez adquiere mayor resistencia hacia los medicamentos que existen, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), que en 2017 publicó una lista de las principales bacterias que se encuentran en un nivel crítico porque representa un problema de salud pública que si no se atiende podría convertirse en una pandemia.

En el caso de la tuberculosis, las cifras son alarmantes, a lo que se suma que se trata de una enfermedad que se extiende en diferentes continentes, principalmente en Asia y en África, pero también en América. En el mundo aproximadamente 4 mil personas mueren al día a causa de esta enfermedad y 700 más se enferman diariamente.

En Oaxaca, por ejemplo, se han reportado 760 casos sólo en lo que va de 2023.

“La tuberculosis es una de las bacterias más antiguas que no ha podido ser erradicada. Actualmente, sí existen antibióticos para tuberculosis; sin embargo, esta bacteria se está volviendo cada vez más resistente porque los medicamentos ya no pueden matarla”, explica la científica oaxaqueña.

Su historia

Edith Bernabé Pérez nació en San Martín Huamelulpan, una población de Tlaxiaco en la región Mixteca de Oaxaca. Su infancia, relata, la vivió con sus abuelos, porque su madre debía trabajar.

“Fue una infancia bonita para mí, siempre estuve alrededor del campo. Siempre me han gustado mucho los árboles, las plantas. Mi familia se dedicaba a la agronomía y yo estuve presente en todos esos procesos”, comentó la científica.

La química, la biología y la ciencia le atrajeron desde sus estudios básicos, y le gustaba participar en los proyectos de ciencia, elaborar maquetas de la célula y las observaciones en el microscopio.

Pero fue hasta el bachillerato que Edith decidió dedicarse a la ciencia. Su intención, recuerda, era estudiar biotecnología o ingeniería genética, pero ante sus posibilidades económicas decidió estudiar Ingeniería Química en el Instituto Tecnológico de Oaxaca (ITO), donde la materia de microbiología fue clave para decidir y persistir en estudiar genética y biotecnología.

“Venir de una comunidad donde no se cuenta con todos los recursos desde un inicio me ha llevado a tener que emigrar, primero hacia la ciudad de Oaxaca, donde estudié en el Instituto, y posteriormente realizar otros contactos con otros investigadores”, dijo.

Con ese camino trazado, la joven comenzó a realizar estancias académicas en instituciones de prestigio, como el Laboratorio de Genética del Desarrollo del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional en Irapuato, el Laboratorio de Diagnóstico Molecular de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, el Laboratorio de Síntesis y Secuenciación de ADN de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Laboratorio de Ecología Molecular de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, el Laboratorio de Microbiología del ITO y en el Laboratorio Open-Lab. Hoy, todas ellas son colaboradoras de su investigación para curar la tuberculosis.

“El primer contacto que he tenido fue con un laboratorio que se llama Open-Lab de la Ciudad de México. Ellos fueron los primeros con los que interactúe para poder tomar cursos, conocer que había programas como clubes de ciencia donde podía integrarme e ir adquiriendo nuevos conocimientos de estas nuevas tecnologías que aquí en Oaxaca no las tenemos. Ese fue el primer encuentro para poder salir hacia otros lugares para poder expandir un poco más los conocimientos y afrontar estas limitantes”, comentó Edith.

Actualmente tiene la maestría en Desarrollo Regional y Tecnológico por el ITO y el doctorado en Biomedicina Experimental por la UABJO.

Al preguntarle cómo fue que una mujer indígena pudo abrirse paso en el mundo de la ciencia, Edith comentó que todo el proceso ha sido difícil, dado que, por el hecho de ser mujer e indígena, todo ha sido muy limitante.

“Ha sido difícil. Si enfocamos hacia otras comunidades, las mujeres no tienen esa posibilidad de poder salir, es más, muchas mujeres ni siquiera saben que pueden estudiar una maestría o un doctorado, no saben que pueden ser financiadas por parte del Conhacyt para abrirse hacia el mundo de la investigación.

“Ha sido muy limitante en el sentido de ser mujer y ser indígena. A mí sí me gustaría que todo este conocimiento que se genera en el área de investigación, y más que conocimiento, todas estas oportunidades que a mí se han dado en el trayecto sí poder compartirlas, llevarlas hasta esas comunidades más indígenas que la mía, donde sí se hablan las lenguas y se mantiene su cultura, que por lo menos conozcan, sepan, que hay algo más fuera de esa comunidad para que se puedan desarrollar en el ámbito de la ciencia y la tecnología, en idiomas, en diversas cuestiones”, dijo Edith.

El nacimiento de una cura

La bacteriocina, proteína antibiótica que Edith Bernabé Pérez ha encontrado en sus investigaciones, nace de una bacteria que vive en el suelo y fue aislada de la rizosfera del maíz. En ella se encontró que generaba un halo de inhibición, es decir, que mataba a todos los microorganismos a su alrededor y por ello dedujo que podía funcionar como un antibiótico.

Fue así como la joven científica oaxaqueña inició el proceso para clonarla: “La manipulamos, le extraemos el ADN con diferentes técnicas de laboratorio, con reactivos que nos permiten poder separar ese material, y ya que la tenemos pura la podemos usar para diferentes fines; uno de ellos es clonarla”.

Cuando Edith habla sobre sus hallazgos se tiene la certeza de que se está escuchando a una experta. Así lo indica la seguridad de su voz y la elección precisa de cada una de sus palabras.

“Este material genético se corta con unas tijeras y es el que se codifica para la bacteriocina, para el antibiótico; entonces, lo saco y lo meto un receptor que me sirve para que lo integre en su genoma. Ya que lo tengo dentro me permite estudiarlo”, narra entusiasmada.

En estos meses, Edith ha realizado también la evaluación de la proteína sobre cepas de streptococcus y staphilococcus, algunos provenientes de alimentos y de otra bacteria resistente a antibióticos, donde han tenido resultados efectivos.

Con la tuberculosis actualmente está realizando la evaluación sobre 20 aislados clínicos, lo cual tarda por lo menos tres meses en crecer. Desde el día uno de la inoculación hasta saber si funciona, el proceso tarda aproximadamente tres meses. “Ahorita nos encontramos en la fase de evaluación. Sin embargo, con otros aislados sí hemos podido ver la actividad inhibitoria”, dijo

Edith sabe que los resultados de su trabajo son esperanzadores, un diagnóstico que es compartido por una decena de expertos que participan junto con la oaxaqueña en las investigaciones, como la doctora Simpson Williamson June Kilpatrick del Laboratorio de Genética del Desarrollo del Cinvestav, la doctora Lucía Martínez de la UABJO, el doctor Paul Gaytán Colín del Instituto de Biotecnología de la UNAM, Verónica Quintero Hernández del Laboratorio de Ecología Molecular Microbiana y Luis Javier Toledo Flores del Laboratorio de Microbiología del ITO, entre otros.

Todos ellos esperan que una nueva cura contra la tuberculosis esté por asomarse y corone todos los años de trabajo que iniciaron con la curiosidad de aquella niña que creció entre duraznos y cerezos en la Mixteca oaxaqueña.

Edith Bernabé, la joven científica de Oaxaca que lucha para curar la tuberculosis

EL UNIVERSAL

Oaxaca de Juárez.— Los duraznos, los cerezos, los ciruelos y las plantas ornamentales que sembraban sus abuelos rememoran la infancia de Edith Bernabé Pérez, joven científica oaxaqueña cuyas investigaciones en genética y clonación arrojan resultados positivos encaminados a la creación de un nuevo antibiótico capaz de curar la tuberculosis.

Sus estudios, además, muestran que la proteína que ha desarrollado también tiene efectos antimicrobianas en el streptococcus, bacteria que causa enfermedades como faringitis, neumonía, infecciones de la piel y de las heridas, entre otras, y en el staphilococcus, bacteria que ocasiona infecciones en la sangre, en la piel, los huesos y los pulmones.

La relevancia de sus estudios por encontrar un antibiótico para curar la tuberculosis se fundamenta en que la bacteria que la provoca cada vez adquiere mayor resistencia hacia los medicamentos que existen, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), que en 2017 publicó una lista de las principales bacterias que se encuentran en un nivel crítico porque representa un problema de salud pública que si no se atiende podría convertirse en una pandemia.

Oaxaca de Juárez.— Los duraznos, los cerezos, los ciruelos y las plantas ornamentales que sembraban sus abuelos rememoran la infancia de Edith Bernabé Pérez, joven científica oaxaqueña cuyas investigaciones en genética y clonación arrojan resultados positivos encaminados a la creación de un nuevo antibiótico capaz de curar la tuberculosis.

Sus estudios, además, muestran que la proteína que ha desarrollado también tiene efectos antimicrobianas en el streptococcus, bacteria que causa enfermedades como faringitis, neumonía, infecciones de la piel y de las heridas, entre otras, y en el staphilococcus, bacteria que ocasiona infecciones en la sangre, en la piel, los huesos y los pulmones.

La relevancia de sus estudios por encontrar un antibiótico para curar la tuberculosis se fundamenta en que la bacteria que la provoca cada vez adquiere mayor resistencia hacia los medicamentos que existen, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), que en 2017 publicó una lista de las principales bacterias que se encuentran en un nivel crítico porque representa un problema de salud pública que si no se atiende podría convertirse en una pandemia.

En el caso de la tuberculosis, las cifras son alarmantes, a lo que se suma que se trata de una enfermedad que se extiende en diferentes continentes, principalmente en Asia y en África, pero también en América. En el mundo aproximadamente 4 mil personas mueren al día a causa de esta enfermedad y 700 más se enferman diariamente.

En Oaxaca, por ejemplo, se han reportado 760 casos sólo en lo que va de 2023.

“La tuberculosis es una de las bacterias más antiguas que no ha podido ser erradicada. Actualmente, sí existen antibióticos para tuberculosis; sin embargo, esta bacteria se está volviendo cada vez más resistente porque los medicamentos ya no pueden matarla”, explica la científica oaxaqueña.

Su historia

Edith Bernabé Pérez nació en San Martín Huamelulpan, una población de Tlaxiaco en la región Mixteca de Oaxaca. Su infancia, relata, la vivió con sus abuelos, porque su madre debía trabajar.

“Fue una infancia bonita para mí, siempre estuve alrededor del campo. Siempre me han gustado mucho los árboles, las plantas. Mi familia se dedicaba a la agronomía y yo estuve presente en todos esos procesos”, comentó la científica.

La química, la biología y la ciencia le atrajeron desde sus estudios básicos, y le gustaba participar en los proyectos de ciencia, elaborar maquetas de la célula y las observaciones en el microscopio.

Pero fue hasta el bachillerato que Edith decidió dedicarse a la ciencia. Su intención, recuerda, era estudiar biotecnología o ingeniería genética, pero ante sus posibilidades económicas decidió estudiar Ingeniería Química en el Instituto Tecnológico de Oaxaca (ITO), donde la materia de microbiología fue clave para decidir y persistir en estudiar genética y biotecnología.

“Venir de una comunidad donde no se cuenta con todos los recursos desde un inicio me ha llevado a tener que emigrar, primero hacia la ciudad de Oaxaca, donde estudié en el Instituto, y posteriormente realizar otros contactos con otros investigadores”, dijo.

Con ese camino trazado, la joven comenzó a realizar estancias académicas en instituciones de prestigio, como el Laboratorio de Genética del Desarrollo del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional en Irapuato, el Laboratorio de Diagnóstico Molecular de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, el Laboratorio de Síntesis y Secuenciación de ADN de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Laboratorio de Ecología Molecular de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, el Laboratorio de Microbiología del ITO y en el Laboratorio Open-Lab. Hoy, todas ellas son colaboradoras de su investigación para curar la tuberculosis.

“El primer contacto que he tenido fue con un laboratorio que se llama Open-Lab de la Ciudad de México. Ellos fueron los primeros con los que interactúe para poder tomar cursos, conocer que había programas como clubes de ciencia donde podía integrarme e ir adquiriendo nuevos conocimientos de estas nuevas tecnologías que aquí en Oaxaca no las tenemos. Ese fue el primer encuentro para poder salir hacia otros lugares para poder expandir un poco más los conocimientos y afrontar estas limitantes”, comentó Edith.

Actualmente tiene la maestría en Desarrollo Regional y Tecnológico por el ITO y el doctorado en Biomedicina Experimental por la UABJO.

Al preguntarle cómo fue que una mujer indígena pudo abrirse paso en el mundo de la ciencia, Edith comentó que todo el proceso ha sido difícil, dado que, por el hecho de ser mujer e indígena, todo ha sido muy limitante.

“Ha sido difícil. Si enfocamos hacia otras comunidades, las mujeres no tienen esa posibilidad de poder salir, es más, muchas mujeres ni siquiera saben que pueden estudiar una maestría o un doctorado, no saben que pueden ser financiadas por parte del Conhacyt para abrirse hacia el mundo de la investigación.

“Ha sido muy limitante en el sentido de ser mujer y ser indígena. A mí sí me gustaría que todo este conocimiento que se genera en el área de investigación, y más que conocimiento, todas estas oportunidades que a mí se han dado en el trayecto sí poder compartirlas, llevarlas hasta esas comunidades más indígenas que la mía, donde sí se hablan las lenguas y se mantiene su cultura, que por lo menos conozcan, sepan, que hay algo más fuera de esa comunidad para que se puedan desarrollar en el ámbito de la ciencia y la tecnología, en idiomas, en diversas cuestiones”, dijo Edith.

El nacimiento de una cura

La bacteriocina, proteína antibiótica que Edith Bernabé Pérez ha encontrado en sus investigaciones, nace de una bacteria que vive en el suelo y fue aislada de la rizosfera del maíz. En ella se encontró que generaba un halo de inhibición, es decir, que mataba a todos los microorganismos a su alrededor y por ello dedujo que podía funcionar como un antibiótico.

Fue así como la joven científica oaxaqueña inició el proceso para clonarla: “La manipulamos, le extraemos el ADN con diferentes técnicas de laboratorio, con reactivos que nos permiten poder separar ese material, y ya que la tenemos pura la podemos usar para diferentes fines; uno de ellos es clonarla”.

Cuando Edith habla sobre sus hallazgos se tiene la certeza de que se está escuchando a una experta. Así lo indica la seguridad de su voz y la elección precisa de cada una de sus palabras.

“Este material genético se corta con unas tijeras y es el que se codifica para la bacteriocina, para el antibiótico; entonces, lo saco y lo meto un receptor que me sirve para que lo integre en su genoma. Ya que lo tengo dentro me permite estudiarlo”, narra entusiasmada.

En estos meses, Edith ha realizado también la evaluación de la proteína sobre cepas de streptococcus y staphilococcus, algunos provenientes de alimentos y de otra bacteria resistente a antibióticos, donde han tenido resultados efectivos.

Con la tuberculosis actualmente está realizando la evaluación sobre 20 aislados clínicos, lo cual tarda por lo menos tres meses en crecer. Desde el día uno de la inoculación hasta saber si funciona, el proceso tarda aproximadamente tres meses. “Ahorita nos encontramos en la fase de evaluación. Sin embargo, con otros aislados sí hemos podido ver la actividad inhibitoria”, dijo

Edith sabe que los resultados de su trabajo son esperanzadores, un diagnóstico que es compartido por una decena de expertos que participan junto con la oaxaqueña en las investigaciones, como la doctora Simpson Williamson June Kilpatrick del Laboratorio de Genética del Desarrollo del Cinvestav, la doctora Lucía Martínez de la UABJO, el doctor Paul Gaytán Colín del Instituto de Biotecnología de la UNAM, Verónica Quintero Hernández del Laboratorio de Ecología Molecular Microbiana y Luis Javier Toledo Flores del Laboratorio de Microbiología del ITO, entre otros.

Todos ellos esperan que una nueva cura contra la tuberculosis esté por asomarse y corone todos los años de trabajo que iniciaron con la curiosidad de aquella niña que creció entre duraznos y cerezos en la Mixteca oaxaqueña.

Edith Bernabé, la joven científica de Oaxaca que lucha para curar la tuberculosis

EL UNIVERSAL

Oaxaca de Juárez.— Los duraznos, los cerezos, los ciruelos y las plantas ornamentales que sembraban sus abuelos rememoran la infancia de Edith Bernabé Pérez, joven científica oaxaqueña cuyas investigaciones en genética y clonación arrojan resultados positivos encaminados a la creación de un nuevo antibiótico capaz de curar la tuberculosis.

Sus estudios, además, muestran que la proteína que ha desarrollado también tiene efectos antimicrobianas en el streptococcus, bacteria que causa enfermedades como faringitis, neumonía, infecciones de la piel y de las heridas, entre otras, y en el staphilococcus, bacteria que ocasiona infecciones en la sangre, en la piel, los huesos y los pulmones.

La relevancia de sus estudios por encontrar un antibiótico para curar la tuberculosis se fundamenta en que la bacteria que la provoca cada vez adquiere mayor resistencia hacia los medicamentos que existen, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), que en 2017 publicó una lista de las principales bacterias que se encuentran en un nivel crítico porque representa un problema de salud pública que si no se atiende podría convertirse en una pandemia.

Oaxaca de Juárez.— Los duraznos, los cerezos, los ciruelos y las plantas ornamentales que sembraban sus abuelos rememoran la infancia de Edith Bernabé Pérez, joven científica oaxaqueña cuyas investigaciones en genética y clonación arrojan resultados positivos encaminados a la creación de un nuevo antibiótico capaz de curar la tuberculosis.

Sus estudios, además, muestran que la proteína que ha desarrollado también tiene efectos antimicrobianas en el streptococcus, bacteria que causa enfermedades como faringitis, neumonía, infecciones de la piel y de las heridas, entre otras, y en el staphilococcus, bacteria que ocasiona infecciones en la sangre, en la piel, los huesos y los pulmones.

La relevancia de sus estudios por encontrar un antibiótico para curar la tuberculosis se fundamenta en que la bacteria que la provoca cada vez adquiere mayor resistencia hacia los medicamentos que existen, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), que en 2017 publicó una lista de las principales bacterias que se encuentran en un nivel crítico porque representa un problema de salud pública que si no se atiende podría convertirse en una pandemia.

En el caso de la tuberculosis, las cifras son alarmantes, a lo que se suma que se trata de una enfermedad que se extiende en diferentes continentes, principalmente en Asia y en África, pero también en América. En el mundo aproximadamente 4 mil personas mueren al día a causa de esta enfermedad y 700 más se enferman diariamente.

En Oaxaca, por ejemplo, se han reportado 760 casos sólo en lo que va de 2023.

“La tuberculosis es una de las bacterias más antiguas que no ha podido ser erradicada. Actualmente, sí existen antibióticos para tuberculosis; sin embargo, esta bacteria se está volviendo cada vez más resistente porque los medicamentos ya no pueden matarla”, explica la científica oaxaqueña.

Su historia

Edith Bernabé Pérez nació en San Martín Huamelulpan, una población de Tlaxiaco en la región Mixteca de Oaxaca. Su infancia, relata, la vivió con sus abuelos, porque su madre debía trabajar.

“Fue una infancia bonita para mí, siempre estuve alrededor del campo. Siempre me han gustado mucho los árboles, las plantas. Mi familia se dedicaba a la agronomía y yo estuve presente en todos esos procesos”, comentó la científica.

La química, la biología y la ciencia le atrajeron desde sus estudios básicos, y le gustaba participar en los proyectos de ciencia, elaborar maquetas de la célula y las observaciones en el microscopio.

Pero fue hasta el bachillerato que Edith decidió dedicarse a la ciencia. Su intención, recuerda, era estudiar biotecnología o ingeniería genética, pero ante sus posibilidades económicas decidió estudiar Ingeniería Química en el Instituto Tecnológico de Oaxaca (ITO), donde la materia de microbiología fue clave para decidir y persistir en estudiar genética y biotecnología.

“Venir de una comunidad donde no se cuenta con todos los recursos desde un inicio me ha llevado a tener que emigrar, primero hacia la ciudad de Oaxaca, donde estudié en el Instituto, y posteriormente realizar otros contactos con otros investigadores”, dijo.

Con ese camino trazado, la joven comenzó a realizar estancias académicas en instituciones de prestigio, como el Laboratorio de Genética del Desarrollo del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional en Irapuato, el Laboratorio de Diagnóstico Molecular de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, el Laboratorio de Síntesis y Secuenciación de ADN de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Laboratorio de Ecología Molecular de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, el Laboratorio de Microbiología del ITO y en el Laboratorio Open-Lab. Hoy, todas ellas son colaboradoras de su investigación para curar la tuberculosis.

“El primer contacto que he tenido fue con un laboratorio que se llama Open-Lab de la Ciudad de México. Ellos fueron los primeros con los que interactúe para poder tomar cursos, conocer que había programas como clubes de ciencia donde podía integrarme e ir adquiriendo nuevos conocimientos de estas nuevas tecnologías que aquí en Oaxaca no las tenemos. Ese fue el primer encuentro para poder salir hacia otros lugares para poder expandir un poco más los conocimientos y afrontar estas limitantes”, comentó Edith.

Actualmente tiene la maestría en Desarrollo Regional y Tecnológico por el ITO y el doctorado en Biomedicina Experimental por la UABJO.

Al preguntarle cómo fue que una mujer indígena pudo abrirse paso en el mundo de la ciencia, Edith comentó que todo el proceso ha sido difícil, dado que, por el hecho de ser mujer e indígena, todo ha sido muy limitante.

“Ha sido difícil. Si enfocamos hacia otras comunidades, las mujeres no tienen esa posibilidad de poder salir, es más, muchas mujeres ni siquiera saben que pueden estudiar una maestría o un doctorado, no saben que pueden ser financiadas por parte del Conhacyt para abrirse hacia el mundo de la investigación.

“Ha sido muy limitante en el sentido de ser mujer y ser indígena. A mí sí me gustaría que todo este conocimiento que se genera en el área de investigación, y más que conocimiento, todas estas oportunidades que a mí se han dado en el trayecto sí poder compartirlas, llevarlas hasta esas comunidades más indígenas que la mía, donde sí se hablan las lenguas y se mantiene su cultura, que por lo menos conozcan, sepan, que hay algo más fuera de esa comunidad para que se puedan desarrollar en el ámbito de la ciencia y la tecnología, en idiomas, en diversas cuestiones”, dijo Edith.

El nacimiento de una cura

La bacteriocina, proteína antibiótica que Edith Bernabé Pérez ha encontrado en sus investigaciones, nace de una bacteria que vive en el suelo y fue aislada de la rizosfera del maíz. En ella se encontró que generaba un halo de inhibición, es decir, que mataba a todos los microorganismos a su alrededor y por ello dedujo que podía funcionar como un antibiótico.

Fue así como la joven científica oaxaqueña inició el proceso para clonarla: “La manipulamos, le extraemos el ADN con diferentes técnicas de laboratorio, con reactivos que nos permiten poder separar ese material, y ya que la tenemos pura la podemos usar para diferentes fines; uno de ellos es clonarla”.

Cuando Edith habla sobre sus hallazgos se tiene la certeza de que se está escuchando a una experta. Así lo indica la seguridad de su voz y la elección precisa de cada una de sus palabras.

“Este material genético se corta con unas tijeras y es el que se codifica para la bacteriocina, para el antibiótico; entonces, lo saco y lo meto un receptor que me sirve para que lo integre en su genoma. Ya que lo tengo dentro me permite estudiarlo”, narra entusiasmada.

En estos meses, Edith ha realizado también la evaluación de la proteína sobre cepas de streptococcus y staphilococcus, algunos provenientes de alimentos y de otra bacteria resistente a antibióticos, donde han tenido resultados efectivos.

Con la tuberculosis actualmente está realizando la evaluación sobre 20 aislados clínicos, lo cual tarda por lo menos tres meses en crecer. Desde el día uno de la inoculación hasta saber si funciona, el proceso tarda aproximadamente tres meses. “Ahorita nos encontramos en la fase de evaluación. Sin embargo, con otros aislados sí hemos podido ver la actividad inhibitoria”, dijo

Edith sabe que los resultados de su trabajo son esperanzadores, un diagnóstico que es compartido por una decena de expertos que participan junto con la oaxaqueña en las investigaciones, como la doctora Simpson Williamson June Kilpatrick del Laboratorio de Genética del Desarrollo del Cinvestav, la doctora Lucía Martínez de la UABJO, el doctor Paul Gaytán Colín del Instituto de Biotecnología de la UNAM, Verónica Quintero Hernández del Laboratorio de Ecología Molecular Microbiana y Luis Javier Toledo Flores del Laboratorio de Microbiología del ITO, entre otros.

Todos ellos esperan que una nueva cura contra la tuberculosis esté por asomarse y corone todos los años de trabajo que iniciaron con la curiosidad de aquella niña que creció entre duraznos y cerezos en la Mixteca oaxaqueña.

Edith Bernabé, la joven científica de Oaxaca que lucha para curar la tuberculosis

EL UNIVERSAL

Oaxaca de Juárez.— Los duraznos, los cerezos, los ciruelos y las plantas ornamentales que sembraban sus abuelos rememoran la infancia de Edith Bernabé Pérez, joven científica oaxaqueña cuyas investigaciones en genética y clonación arrojan resultados positivos encaminados a la creación de un nuevo antibiótico capaz de curar la tuberculosis.

Sus estudios, además, muestran que la proteína que ha desarrollado también tiene efectos antimicrobianas en el streptococcus, bacteria que causa enfermedades como faringitis, neumonía, infecciones de la piel y de las heridas, entre otras, y en el staphilococcus, bacteria que ocasiona infecciones en la sangre, en la piel, los huesos y los pulmones.

La relevancia de sus estudios por encontrar un antibiótico para curar la tuberculosis se fundamenta en que la bacteria que la provoca cada vez adquiere mayor resistencia hacia los medicamentos que existen, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), que en 2017 publicó una lista de las principales bacterias que se encuentran en un nivel crítico porque representa un problema de salud pública que si no se atiende podría convertirse en una pandemia.

Oaxaca de Juárez.— Los duraznos, los cerezos, los ciruelos y las plantas ornamentales que sembraban sus abuelos rememoran la infancia de Edith Bernabé Pérez, joven científica oaxaqueña cuyas investigaciones en genética y clonación arrojan resultados positivos encaminados a la creación de un nuevo antibiótico capaz de curar la tuberculosis.

Sus estudios, además, muestran que la proteína que ha desarrollado también tiene efectos antimicrobianas en el streptococcus, bacteria que causa enfermedades como faringitis, neumonía, infecciones de la piel y de las heridas, entre otras, y en el staphilococcus, bacteria que ocasiona infecciones en la sangre, en la piel, los huesos y los pulmones.

La relevancia de sus estudios por encontrar un antibiótico para curar la tuberculosis se fundamenta en que la bacteria que la provoca cada vez adquiere mayor resistencia hacia los medicamentos que existen, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), que en 2017 publicó una lista de las principales bacterias que se encuentran en un nivel crítico porque representa un problema de salud pública que si no se atiende podría convertirse en una pandemia.

En el caso de la tuberculosis, las cifras son alarmantes, a lo que se suma que se trata de una enfermedad que se extiende en diferentes continentes, principalmente en Asia y en África, pero también en América. En el mundo aproximadamente 4 mil personas mueren al día a causa de esta enfermedad y 700 más se enferman diariamente.

En Oaxaca, por ejemplo, se han reportado 760 casos sólo en lo que va de 2023.

“La tuberculosis es una de las bacterias más antiguas que no ha podido ser erradicada. Actualmente, sí existen antibióticos para tuberculosis; sin embargo, esta bacteria se está volviendo cada vez más resistente porque los medicamentos ya no pueden matarla”, explica la científica oaxaqueña.

Su historia

Edith Bernabé Pérez nació en San Martín Huamelulpan, una población de Tlaxiaco en la región Mixteca de Oaxaca. Su infancia, relata, la vivió con sus abuelos, porque su madre debía trabajar.

“Fue una infancia bonita para mí, siempre estuve alrededor del campo. Siempre me han gustado mucho los árboles, las plantas. Mi familia se dedicaba a la agronomía y yo estuve presente en todos esos procesos”, comentó la científica.

La química, la biología y la ciencia le atrajeron desde sus estudios básicos, y le gustaba participar en los proyectos de ciencia, elaborar maquetas de la célula y las observaciones en el microscopio.

Pero fue hasta el bachillerato que Edith decidió dedicarse a la ciencia. Su intención, recuerda, era estudiar biotecnología o ingeniería genética, pero ante sus posibilidades económicas decidió estudiar Ingeniería Química en el Instituto Tecnológico de Oaxaca (ITO), donde la materia de microbiología fue clave para decidir y persistir en estudiar genética y biotecnología.

“Venir de una comunidad donde no se cuenta con todos los recursos desde un inicio me ha llevado a tener que emigrar, primero hacia la ciudad de Oaxaca, donde estudié en el Instituto, y posteriormente realizar otros contactos con otros investigadores”, dijo.

Con ese camino trazado, la joven comenzó a realizar estancias académicas en instituciones de prestigio, como el Laboratorio de Genética del Desarrollo del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional en Irapuato, el Laboratorio de Diagnóstico Molecular de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, el Laboratorio de Síntesis y Secuenciación de ADN de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Laboratorio de Ecología Molecular de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, el Laboratorio de Microbiología del ITO y en el Laboratorio Open-Lab. Hoy, todas ellas son colaboradoras de su investigación para curar la tuberculosis.

“El primer contacto que he tenido fue con un laboratorio que se llama Open-Lab de la Ciudad de México. Ellos fueron los primeros con los que interactúe para poder tomar cursos, conocer que había programas como clubes de ciencia donde podía integrarme e ir adquiriendo nuevos conocimientos de estas nuevas tecnologías que aquí en Oaxaca no las tenemos. Ese fue el primer encuentro para poder salir hacia otros lugares para poder expandir un poco más los conocimientos y afrontar estas limitantes”, comentó Edith.

Actualmente tiene la maestría en Desarrollo Regional y Tecnológico por el ITO y el doctorado en Biomedicina Experimental por la UABJO.

Al preguntarle cómo fue que una mujer indígena pudo abrirse paso en el mundo de la ciencia, Edith comentó que todo el proceso ha sido difícil, dado que, por el hecho de ser mujer e indígena, todo ha sido muy limitante.

“Ha sido difícil. Si enfocamos hacia otras comunidades, las mujeres no tienen esa posibilidad de poder salir, es más, muchas mujeres ni siquiera saben que pueden estudiar una maestría o un doctorado, no saben que pueden ser financiadas por parte del Conhacyt para abrirse hacia el mundo de la investigación.

“Ha sido muy limitante en el sentido de ser mujer y ser indígena. A mí sí me gustaría que todo este conocimiento que se genera en el área de investigación, y más que conocimiento, todas estas oportunidades que a mí se han dado en el trayecto sí poder compartirlas, llevarlas hasta esas comunidades más indígenas que la mía, donde sí se hablan las lenguas y se mantiene su cultura, que por lo menos conozcan, sepan, que hay algo más fuera de esa comunidad para que se puedan desarrollar en el ámbito de la ciencia y la tecnología, en idiomas, en diversas cuestiones”, dijo Edith.

El nacimiento de una cura

La bacteriocina, proteína antibiótica que Edith Bernabé Pérez ha encontrado en sus investigaciones, nace de una bacteria que vive en el suelo y fue aislada de la rizosfera del maíz. En ella se encontró que generaba un halo de inhibición, es decir, que mataba a todos los microorganismos a su alrededor y por ello dedujo que podía funcionar como un antibiótico.

Fue así como la joven científica oaxaqueña inició el proceso para clonarla: “La manipulamos, le extraemos el ADN con diferentes técnicas de laboratorio, con reactivos que nos permiten poder separar ese material, y ya que la tenemos pura la podemos usar para diferentes fines; uno de ellos es clonarla”.

Cuando Edith habla sobre sus hallazgos se tiene la certeza de que se está escuchando a una experta. Así lo indica la seguridad de su voz y la elección precisa de cada una de sus palabras.

“Este material genético se corta con unas tijeras y es el que se codifica para la bacteriocina, para el antibiótico; entonces, lo saco y lo meto un receptor que me sirve para que lo integre en su genoma. Ya que lo tengo dentro me permite estudiarlo”, narra entusiasmada.

En estos meses, Edith ha realizado también la evaluación de la proteína sobre cepas de streptococcus y staphilococcus, algunos provenientes de alimentos y de otra bacteria resistente a antibióticos, donde han tenido resultados efectivos.

Con la tuberculosis actualmente está realizando la evaluación sobre 20 aislados clínicos, lo cual tarda por lo menos tres meses en crecer. Desde el día uno de la inoculación hasta saber si funciona, el proceso tarda aproximadamente tres meses. “Ahorita nos encontramos en la fase de evaluación. Sin embargo, con otros aislados sí hemos podido ver la actividad inhibitoria”, dijo

Edith sabe que los resultados de su trabajo son esperanzadores, un diagnóstico que es compartido por una decena de expertos que participan junto con la oaxaqueña en las investigaciones, como la doctora Simpson Williamson June Kilpatrick del Laboratorio de Genética del Desarrollo del Cinvestav, la doctora Lucía Martínez de la UABJO, el doctor Paul Gaytán Colín del Instituto de Biotecnología de la UNAM, Verónica Quintero Hernández del Laboratorio de Ecología Molecular Microbiana y Luis Javier Toledo Flores del Laboratorio de Microbiología del ITO, entre otros.

Todos ellos esperan que una nueva cura contra la tuberculosis esté por asomarse y corone todos los años de trabajo que iniciaron con la curiosidad de aquella niña que creció entre duraznos y cerezos en la Mixteca oaxaqueña.

El 5 de octubre, Día de la y el Transportista Oaxaqueño, propone la diputada Haydeé Reyes Soto

San Raymundo Jalpan, Oax. 2023.- En reconocimiento a su papel como el motor del desarrollo económico y social, la diputada Haydeé Reyes Soto propuso al Pleno Legislativo instaurar el Día de la y el Transportista Oaxaqueño que se celebraría el 5 de octubre de cada año.

En uso de la máxima tribuna de la entidad, la congresista manifestó que la conmemoración es un principio de justicia hacia las y los trabajadores de ese sector que en Oaxaca tiene una dimensión social y económica de gran importancia por su contribución decisiva en el transporte de personas, en la cadena productiva y de suministros con una amplia diversidad de productos.

Reyes Soto detalló que para que dichas mercancias puedan llegar a su destino superando la distancia geográfica, el transporte terrestre es el más importante en América Latina, pues moviliza más del 70% de las cargas nacionales de la región con un impacto determinante en ámbitos como la educación, salud, producción, economía, el turismo y otros, los cuales influyen sobre el conjunto de la sociedad.

La representante popular subrayó que la destacada relevancia del sector, se ha demostrado en su dinamismo permanente, reflejo de ello es el crecimiento nacional de 6.4% en el registro de nuevos empleos, de acuerdo a datos del Instituto Mexicano del Seguro Social. Además que en Oaxaca se prevé un despunte mayor de la actividad con el funcionamiento del Corredor Interoceánico, en donde el Gobierno Federal prepara las licitaciones de diez parques industriales de 300 hectáreas cada uno y en cuyo desarrollo y funcionamiento el sector del transporte asumirá un papel fundamental. 

Así, en la sesión ordinaria de este miércoles, Reyes Soto entregó a la Mesa Directiva del Congreso Local la iniciativa que promueve la declaración del 5 de octubre como el Día de la y el Transportista Oaxaqueño, misma que fue turnada para su análisis en comisiones.

Maravilla a locales y visitantes el Espectáculo Multidisciplinario Oaxaqueñísimas

Oaxaca de Juárez, Oax. 20 de julio 2023.- Ana Díaz, Silvia María, Natalia Cruz, María Reyna y Lorena Vera, cinco de las cantantes más representativas de la música oaxaqueña, hicieron vibrar la tarde de este miércoles, el escenario del emblemático Teatro Macedonio Alcalá, en lo que fue el Espectáculo Multidisciplinario “Oaxaqueñísimas”.

Las protagonistas de este evento interpretaron 20 temas con sus respectivos arreglos musicales, entre las que destacan: Llévame oaxaqueña, Contigo, Orgullosa soy raíz, El feo, Ojos negros, Alingo lingo, El andariego, Sigo caminando, Corre, corre mula, El barco camaronero, entre otras piezas representativas de la cultura musical de Oaxaca.

Bajo los acordes de estas melodías interpretadas por las talentosas integrantes de la Banda Regional Femenil Mujeres del Viento Florido, dirigida por la artista Leticia Gallardo, el titular de la Secretaría de las Culturas y Artes Víctor Cata precisó que el evento fue un gran éxito gracias al trabajo de 85 participantes entre cantantes, músicos, arreglistas, productores, staff técnico y staff logístico.

“Tras 91 años en los que se ha realizado la Guelaguetza, la celebración regresa al pueblo y las dependencias encargadas de las actividades, tomamos espacios públicos para que sean las y los oaxaqueños, nuestras y nuestros invitados de honor”, dijo el funcionario estatal.

El Espectáculo Multidisciplinario Oaxaqueñísimas formó parte de las 116 actividades que emprende la dependencia del estado como parte de la agenda Culturas Vivas: Guelaguetza 2023.

Víctor Cata precisó que el espectáculo fue planeado especialmente para presentarse en el marco de la máxima fiesta de las y los oaxaqueños, la Guelaguetza.

Bajo la premisa de que “la cultura es para todas y todos”, indicó que la dependencia a su cargo otorgó las entradas gratuitas al concierto en sus dos funciones en las taquillas del Teatro Macedonio Alcalá.

Puntualizó que, históricamente los espectáculos de la Guelaguetza eran ideados para las y los visitantes; sin embargo, con la agenda Culturas Vivas: Guelaguetza 2023, la Secretaría de las Culturas y Artes ofrece actividades gratuitas para el disfrute de quienes radican en Oaxaca o llegan de las diferentes regiones.

En su oportunidad, las intérpretes oaxaqueñas agradecieron la asistencia del público que ovacionó cada número musical.

Compañía Minera Cuzcatlán apuesta por energías limpias

San José del Progreso, Oax.- Compañía Minera Cuzcatlán (CMC) culminó la segunda etapa del proyecto de instalación de paneles solares que tiene como objetivo la generación de energía fotovoltaíca para autoconsumo de la Unidad Minera San José, además de implementar un sistema de calentadores solares para contribuir a la reducción de emisiones de dióxido de carbono (CO2). 

En 2021, CMC realizó con éxito la primera etapa de este proyecto al instalar 72 paneles solares, con una capacidad de sistema de 30kWh, suficiente para abastecer de electricidad a las áreas administrativas de la Unidad Minera para uso de equipos de oficina, iluminación y sistemas, principalmente. Esto dio como resultado un ahorro de 105 tCO2 (toneladas de gases de efecto invernadero) durante el año . 

En esta segunda etapa, se instalaron 144 paneles solares más, 96 fueron colocados en el laboratorio químico, 24 en almacén general y 24 más en el comedor. Los paneles solares tienen una producción de 15kWh en las dos últimas áreas, logrando la reducción del 80% de consumo eléctrico en ambas zonas, mientras que, en el laboratorio químico, debido a las necesidades de la operación, la instalación tiene una producción de 45kWh, optimizando el consumo eléctrico del área en un 30%. 

Además del proyecto para la generación de energía fotovoltaica, CMC también optó por instalar ocho calentadores solares para proveer de agua caliente a las regaderas de uso personal que están al servicio de los colaboradoras y colaboradores que salen del interior de la mina. Al hacer este cambio se aprovecha la energía calorífica que proporcionan los rayos solares, reduciendo hasta una tonelada de CO2 al año por calentador instalado.

Al respecto, el Director País de CMC, Luiz Camargo, mencionó que, con la implementación de estos proyectos de energía limpia, la Compañía refrenda su compromiso por aprovechar los recursos naturales de manera eficiente al impulsar el uso de fuentes renovables que cuidan y conservan el medio ambiente.

CMC continuará evaluando opciones para seguir incorporando fuentes renovables con menor impacto ambiental, así como colaborar en la sustitución paulatina de energía derivada de fuentes fósiles que emiten gases de efecto invernadero.

Contacto de prensa: 

Doris Vega

M +52 951 234 8782

doris.vega@mincuzcatlan.com

Esther Arzate Huitrón

O. (55) 6588 8830 ext. 101

M. (55) 3706 4201

earzate@akcomunicacion.mx

Dos personas detenidas y una camioneta asegurada durante cateo, por homicidio de Notario: Fiscal General de Oaxaca

Oaxaca de Juárez, Oax., a 20 de julio de 2023.- La Fiscalía General del Estado de Oaxaca (FGEO) detuvo a dos personas durante un cateo realizado en Asunción Ixtaltepec, acciones que forman parte de las investigaciones en torno al homicidio de J. O. G., Notario Público del Estado de México, quien fue víctima de una agresión en la que perdió la vida en calles del Centro Histórico de la capital.

 

En la conferencia de prensa del Gabinete de Seguridad, el Fiscal General, Bernardo Rodríguez Alamilla informó que la madrugada de este jueves 20 de julio de 2023, elementos de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI) dieron cumplimiento a una orden de cateo por lo que realizaron un despliegue en un domicilio particular localizado en la Tercera Sección de Asunción Ixtaltepec en la región del Istmo de Tehuantepec.

 

En el lugar, dijo, se logró la detención de dos hombres identificados como J. J. J. R. y A. M. L. quienes quedaron a disposición del Ministerio Público para resolver su situación jurídica, así como el aseguramiento de una camioneta, presuntamente en la que huyeron los responsables del homicidio antes citado.

 

Apuntó que las investigaciones realizadas de manera expedita, con colaboración interinstitucional, permitieron rastrear y dar seguimiento a la ruta de la camioneta en que escaparon los autores materiales del homicidio.

 

“Tenemos sólidos avances en la investigación sobre este caso de alto impacto social, por lo que sabemos que, además de los dos autores materiales, hay al menos otras dos personas implicadas, una de ellas es el hombre que conduce el vehículo en el que huyeron y la otra, es una mujer que acompañó a los homicidas para seguir a la víctima por calles del centro de la ciudad de Oaxaca”, explicó Rodríguez Alamilla.

 

Los hechos sucedieron el pasado de 18 de julio, cuando el Notario Público caminaba sobre la calle de Jesús Carranza, en la colonia Centro de la ciudad de Oaxaca de Juárez, donde dos hombres lo interceptaron y lo agredieron por la espalda.

 

La víctima, identificada como J. O. G. perdió la vida a consecuencia de las lesiones infligidas, por lo que la Fiscalía de Oaxaca intervino a través de la Fiscalía Especializada para la Atención a Delitos de Alto Impacto para iniciar con las labores que permitieron realizar acciones concretas para la resolución de este caso.

 

Asimismo, el Fiscal General, Bernardo Rodríguez Alamilla, destacó que la incidencia de homicidios dolosos en Oaxaca ha tenido una significativa reducción del 40 por ciento en las dos primeras semanas del mes de julio, pasando de 43 en ese periodo de junio, a 26, en el mismo lapso pero de este mes.

 

Los resultados en la reducción de la incidencia delictiva se obtuvieron gracias a la efectividad del Plan Estatal de Seguridad Pública en el que, además de la FGEO participan instituciones federales como la Guardia Nacional, la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), Secretaría de Marina (SEMAR) y estatales como la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC).

 

ENLACE PARA DESCARGA DE VIDEOS CON DECLARACIONES DEL FISCAL GENERAL:

 

 https://we.tl/t-SJzfP4Na5I