En sólo cuatro estados, la sequía que azota a México ha dejado más de 156 mil cabezas de ganado muertas o sacrificadas ante la falta de agua y alimento para mantenerlas.
Entre las entidades más afectadas están Chihuahua, Sonora, Tamaulipas, Aguascalientes, Jalisco, Durango y Veracruz, donde los productores han tenido que reducir sus hatos, cerrar sus ranchos o migrar hacia EU. Productores urgen respaldo a los gobiernos, ya que aunque aportan 2.3% del PIB, se perdieron los programas de apoyo como los que permiten construir y rehabilitar bordos de abrevadero que almacenan agua de lluvia para los animales.
La industria ganadera tiene una huella hídrica —agua requerida para producir, transportar y comercializar un bien o servicio— de 15 mil litros por cada kilo de carne.
Con información de los corresponsales.
GANADERÍA, OTRA VÍCTIMA DE LA SEQUÍA; SECTOR APORTA 2.3% DEL PIB
La sequía que actualmente azota a México ha dejado cultivos siniestrados en todo el país, y, además, al menos 156 mil cabezas de ganado han muerto o han tenido que ser sacrificadas en sólo cuatro estados, ante la falta de agua y alimento para mantenerlas.
Entre los estados más afectados están Chihuahua, Sonora, Tamaulipas, Aguascalientes, Jalisco, Durango y Veracruz, donde los productores han tenido que reducir el número de cabezas de ganado, debido a la carencia de agua, granos y forraje para sostener el hato.
*Infografía: Jesús Sánchez, con información de Sader, Semarnat y World Economic Forum.
En Jalisco, el principal productor de leche de vaca en el país —con dos millones 780 mil toneladas anuales— durante 2023 se perdieron al menos 40 mil cabezas de ganado, de acuerdo con la Unión Ganadera Regional de Jalisco (UGRJ).
En tanto, en Durango, estado que produce un millón 463 mil toneladas de leche cada año, se prevé reducir el hato bovino estatal en aproximadamente 200 mil cabezas, para que el sector pueda enfrentar la temporada de sequía, de acuerdo con la Unión Ganadera Regional de Durango (UGRD).
En estas entidades, los productores coinciden en la urgencia de que los gobiernos federal y estatales les brinden respaldo, pues, aunque el sector aporta 2.3% del PIB nacional, los programas de apoyo para ganaderos, como los que permitían construir y rehabilitar bordos de abrevadero para almacenar agua de lluvia para los animales, se han perdido.
AGUA QUE NOS COMEMOS
La industria ganadera es de alta prioridad en el país, ya que contribuye a satisfacer la demanda de carne de los mexicanos, la cual es de 9.5 millones de toneladas de carne al año, de acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader).
Sin embargo, se trata de una actividad que conlleva un gran consumo de agua. Por ejemplo, la huella hídrica de un kilo de carne —esto es la cantidad de líquido que se requiere para producir, transportar y comercializar un bien o servicio— está calculada en más de 15 mil litros de agua, tomando en cuenta la cantidad necesaria para cultivar el grano y forraje con que se alimenta a cada animal, el agua que bebe y la que se ocupa para su limpieza y mantenimiento.
La ganadería es una de las actividades que más agua consume, representando cerca del 50% del total de agua potable del país… esta coyuntura resalta la necesidad urgente de implementar estrategias efectivas para mejorar la gestión, y según sea el caso, reducir el uso del agua en la ganadería, no sólo para preservar la sostenibilidad ambiental, sino también para asegurar un acceso equitativo al agua para todos los mexicanos”, considera al respecto Francisco Gamboa Barrón, académico de la Escuela de Gobierno y Economía de la Universidad Panamericana.
Ante ello, el exsecretario de Agricultura y Ganadería de Durango, recomienda eficientar el uso del agua en la ganadería, aplicando principios de la economía circular, un modelo que “apunta a minimizar los desechos y a promover un uso sostenible de los recursos naturales a través de diseños de productos más inteligentes, con una vida útil más prolongada, de un mayor reciclaje, y de la regeneración de la naturaleza”, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP).
Entre las acciones que Gamboa Barrón propone destacan la optimización de recursos hídricos mediante tecnologías avanzadas; fomentar forrajes alternativos de bajo consumo hídrico, reciclaje de agua en las unidades pecuarias, educación y capacitación de productores sobre gestión sostenible del agua, así como el desarrollo de políticas públicas que incentiven prácticas de economía circular en la ganadería, como subsidios para tecnologías de reciclaje de agua.
Por Olimpia Ávila.
CHIHUAHUA: CRISIS PEGA A LOS GANADEROS
La muerte de reses se incrementó en Chihuahua de 2% a 6% debido a la sequía, por lo que estaríamos hablando de 54 mil cabezas de ganado perdidas en caso de no llover lo suficiente, reveló el jefe de Ganadería del gobierno estatal, Luis Carlos Flores.
Dicha situación traería un incremento en el precio de la carne y a la importación de otros estados del sur o de Estados Unidos, indicó el funcionario, quien estimó que hay un hato ganadero de 900 mil cabezas.
De manera emergente, desde el año pasado se han manejado programas de apoyo a los ganaderos, dijo.
Principalmente, se apoya la producción de forrajes, así como la entrega de insumos.
La prolongación de la temporada de estiaje mantiene en crisis al sector ganadero, que alimenta sus reses con insumos adquiridos en el mercado, lo que eleva sus costos de producción. Esperan que las lluvias lleguen en julio.
Actualmente, los ganaderos han buscado llegar al mercado de EU, por el alto precio de la carne que mantiene dicho país.
Por Carlos Coria
*Foto: Omar Hernández.
DURANGO: ACUSAN FALTA DE APOYOS
Tan sólo en Durango capital se han perdido 700 cabezas de ganado por la sequía, por lo que la autoridad estatal se encuentra realizando una valoración para conocer el número de cabezas afectadas en el resto de los municipios.
Jesús Héctor López Morales, secretario de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, destacó que se debe a la falta de apoyo federal y a la escasez de agua.
Las condiciones más severas del estiaje inician a partir de mayo, por lo que buscan apoyar a los productores para mitigar los efectos durante este mes.
Los habitantes de comunidades están solicitando apoyo con maquinaria pesada y retroexcavadoras para hacer trabajos en ríos y arroyos y que, así, puedan captar más agua.
Y es que, aunque los productores hacen un esfuerzo por contar con el alimento necesario para sus animales, en el caso del agua la situación es distinta, ya que se complica cuando las temperaturas se incrementan, sobre todo debido a que el año pasado no se presentaron precipitaciones importantes para captar suficientes recursos hídricos.
Por Alma Gudiño.
VERACRUZ: PAUSAN ACTIVIDADES; PREFIEREN MIGRAR
La sequía en Veracruz ha obligado a los productores ganaderos a disminuir el hato y sólo quedarse con las cabezas de ganado más productivas.
A nivel estado, los líderes ganaderos coinciden que la producción ha disminuido en un 7%, pero la sequía no es el único factor por el que están siendo afectados, pues también tienen problemas de financiamiento.
Los grandes productores aguantan, pero los pequeños han decidido pausar su actividad y migrar al norte del país o a Estados Unidos.
Quienes están padeciendo más las consecuencias son los productores del norte, en municipios como Pánuco, Tempoal y Tantoyuca.
De manera personal están acarreando agua de donde pueden, con pipas, tinacos… pues hay cero apoyo del gobierno estatal y federal”, explicó Pedro Muñoz, líder de la asociación ganadera del norte del estado.
Las medidas tomadas por los ganaderos incluyen el sacrificio de las vacas de reemplazo, que son las que comercializan porque ya terminaron su vida productiva y están en buenas condiciones.
En el sur, la crisis apenas empieza, reconoció Jacob Abel Velasco, líder en la región, quien recordó que, anteriormente, las autoridades les enviaban maquinaria para hacer represas, pero ahora “ya no hay nada, se perdió”.
Por Lourdes López.
*Foto: Alfredo Peña.
TAMAULIPAS: REDUCEN CABEZAS Y CIERRAN RANCHOS
Los dos municipios de Tamaulipas con mayor producción bovina se encuentran en una situación extrema debido a la sequía que se ha prolongado en estos últimos años.
Es una situación fuerte, mucha gente ya se está dedicando a acarrear agua y comida, ya que en los potreros que antes mantenían 200 o 300 cabezas de ganado ahora sólo puedes mantener unas 20”, explicó Venancio Garza, presidente de la Asociación Ganadera de Soto la Marina, quien agregó que, ante la falta de agua, 800 ranchos han cerrado.
En lo que va del año, 700 cabezas de ganado han fallecido por baja de peso y desnutrición, ante la falta de agua.
Teníamos un inventario de 70 mil a 80 mil vientres, a lo mejor ahora bajó a un 20%, y la causa es la falta de agua y comida”, detalló.
Daniel Hernández, gerente de la asociación ganadera del municipio de Aldama, indicó que tratan de evitar la muerte de animales. “Buscamos alimentos, fórmulas más baratas para que los asociados puedan adquirirlas y sorteen la severa sequía que se está enfrentando”.
Si bien los números aún son bajos, los líderes ganaderos advirtieron que apenas es el inicio de una sequía que podría romper todo pronóstico, pues en el año pasado en todo el estado hubo 35 mil cabezas de ganado muertas.
Por Alfredo Peña
NUEVO LEÓN: SE AJUSTAN A LA NUEVA REALIDAD
A pesar de que Nuevo León ya lleva años de una severa sequía y de que el panorama pinta igual para este 2024, el impacto al sector ganadero ha sido mínimo porque los ganaderos se han ajustado a esta situación.
No hemos tenido reportes, a la fecha, de pérdidas de cabezas de ganado. Como bien sabemos, en los últimos años hemos estado padeciendo este fenómeno meteorológico y los ganaderos, con el tiempo, han ido ajustando su carga animal a manera que ya no se pierden tantas cabezas como antes, que era más alarmante, que venían y manifestaban sus pérdidas, sus quejas”, aseguró Enrique Canales, titular de la oficina de representaciones en Nuevo León, de la Secretaría de Agricultura.
Van haciendo su selección, miden su capacidad de producción de alimentos con la que pueden mantener a los animales y eso quiero pensar que ya no tengamos las pérdidas que hemos tenido en años anteriores”, explicó.
Añadió que si acaso han existido pérdidas, éstas han sido mínimas y no han sido reportadas ante las autoridades.
No quiere decir que no esté afectando la sequía. ¿Qué sucede? Que se van ajustando y producen a la medida que pueden. Obviamente, también se reduce la producción”, explicó.
Por Aracely Garza.
JALISCO: SE VEN FORZADOS A DESPOBLAR
Aún no se tiene el dato exacto del impacto de la sequía en la ganadería de Jalisco, sin embargo muchos ganaderos se están viendo en la necesidad de despoblar, esto es, vender sus animales.
Mucha gente de plano pues a despoblar, llega un momento que se cansan de andar vuelva y vuelta y que tienen que vender sus animales”, dijo Antonio Ruelas, presidente de la Unión Ganadera Regional de Jalisco.
La región de los Altos de Valle de Guadalupe y Lagos de Moreno ha sido la más afectada en la entidad, con cultivos siniestrados y hatos ganaderos mermados.
Muchos ganaderos están sufriendo, acarreando agua de los potreros para tratar de salvar a los animales, y sí bajaron bastante los hatos ganaderos”, indica Ruelas, quien acusa que aún no se les han otorgado recursos para mitigar la sequía.
Algo, como sea, ayuda; todavía no se ha generado recurso, ya se inscribieron bastantes ganaderos que pudieron acceder al apoyo, pero aún el recurso no se ha generado, todavía no ha llegado ni un peso al bolsillo del ganadero”, subrayó Ruelas.
La Unión Ganadera Regional de Jalisco (UGRJ) reportó que durante 2023 se perdieron al menos 40 mil cabezas de ganado debido a la sequía.
Por Karla Méndez.
AGUASCALIENTES: PIERDEN 115 MIL CABEZAS DE GANADO
Cerca de 115 mil cabezas de ganado se han perdido en Aguascalientes debido a la sequía. “Tenemos alrededor de 200 mil, quedan aproximadamente 40%, hablando de ganado de carne”, dijo Juan Pablo Franco, presidente de la Unión Ganadera Regional de Aguascalientes.
Muchos ganaderos del estado han preferido llevar a los animales a sacrificar, por lo que los rastros se han visto saturados.
Como muchas vacas llegan y como sólo quedan charquitos (de agua), muchas veces ahí se quedan, porque ya no tienen fuerzas para seguir, y otras se tienen que sacrificar, el mismo ganadero, al saber que no tiene agua, las manda al rastro, por eso están saturados”, indicó Franco Díaz.
Agregó que en la entidad no se había vivido una situación similar. “El gobierno del estado nos está apoyando con pastura, ahora sí que hay que poner nosotros algo; el 70% lo pone el gobierno y el otro 30% lo ponemos nosotros, pero, aunque nos apoyen, no puede apoyar a todos”, lamenta.
En Aguascalientes hay nueve mil ganaderos aproximadamente. De no llover este año, la crisis afectaría a al menos nueve mil familias.
Nos tendríamos que retirar y se vendría una crisis muy complicada, hay gente que se ha dedicado toda su vida a eso”, alerta.
Por Karla Méndez.
SONORA: PREOCUPA MORTANDAD DE RESES
Debido a la intensa sequía que azota al país, ganaderos del sur de Sonora reportan una altísima mortandad de reses.
Héctor Javier Sánchez Valdés, presidente de la Asociación Ganadera Local del municipio de Álamos, documentó en un recorrido por los poblados de Potrero de Reuter, Los Chinos, Guamúchil, Cieneguita, Agua Caliente y Minera de la Cruz, más de 30 vacas muertas a la vera de los caminos rurales de la región.
A estas más de 30 reses muertas hay que sumarles las que están muertas en la sierra, los arroyos secos y en los corrales; si no nos llueve de aquí a junio, nos vamos a desocupar, vamos a desaparecer como ganaderos por la falta de agua, la sequía; está seca la pastura, que es el alimento natural, y cero lluvias”, advirtió el líder de los ganaderos.
Recordó que, en 2020 el hato ganadero en Álamos era de 100 mil cabezas y había más de cuatro mil productores que dependían de esta actividad para el sustento de sus familias, pero en los últimos años, debido a la falta de apoyos del gobierno federal en las sequías y heladas, los corrales se despoblaron por la mortandad o el sacrificio. Actualmente, quedan 55 mil cabezas y dos mil 700 productores en la misma región, una reducción de casi 50% en cuatro años.
Por Daniel Sánchez Dórame.
Fuente: Excélsior