Narcos en EU, una operación atomizada

REFORMA

José Díaz Briseño / Corresponsal

Washington DC, Estados Unidos(23 abril 2023).- El tráfico de drogas dentro de Estados Unidos está conformado por personajes de todos los orígenes étnicos y sin un núcleo único, explica Sam Quiñones, el principal experto estadounidense sobre el nexo de la epidemia de abuso de opioides en EU con las redes del narco mexicano.

“No hay que imaginar que esto se trata de grupos de narcotráfico enormes que están muy bien organizados. No es que exista un ‘Microsoft’ o un ‘General Motors de las Drogas’. Eso no es lo que ocurre en Estados Unidos”, explica Quiñones, autor del libro “Dreamland”, sobre la crisis de los opioides.

“Estamos hablando de una escena muy grande, en constante recambio de personajes y en alteración continua”, agrega.

La galaxia de operadores del narco en la Unión Americana aprovecha las oportunidades del mercado de drogas más grande del mundo, que tiene un valor de 108 mil millones de dólares, según el Buró de Análisis Económico de EU.

“La última vez que tuvimos en Estados Unidos lo que podría llamarse ‘crimen organizado de gran tamaño’ fue la mafia italiana que pervivió hasta los 1980s. Eso no significa que no haya bandas organizadas. Simplemente que ya no pueden maniobrar como lo hacía la vieja mafia italiana”, dice Quiñones.

“Una y otra y otra y otra vez, tan pronto como llegan a cierto tamaño, las Policías locales en Estados Unidos desbaratan las bandas organizadas”, agrega.

Lejos de los grandes mercados de la Costa Este, la historia reciente del Estado de Montana encapsula las oportunidades alimentadas por la explosión de producción de drogas sintéticas llegadas desde México: metanfetamina de alta potencia y fentanilo.

A 3 mil kilómetros de su hogar en Culiacán, Ricardo Ramos Medina llevaba al momento de su arresto en marzo de 2020 un kilo de metanfetamina en su auto; sin embargo, el hombre de entonces 33 años no sabía que las autoridades estadounidenses ya habían infiltrado su red de tráfico.

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Con sólo 35 mil habitantes, la ciudad de Butte fue a fines del siglo 19 una pujante ciudad minera que atrajo ya a contrabandistas a la esquina suroeste del Estado de Montana; hoy, Butte es la puerta de entrada de las drogas sintéticas llegadas de la frontera mexicana.

Tan recientemente como en 2019, la mariguana lideraba los decomisos en Montana, pero tras la legalización de esa hierba en 2020, la metanfetamina de México se colocó por delante en el número de decomisos (1,894 decomisos en 2020) , según el Montana Board of Crime Control (MBCC).

Por otra parte y con apenas 1.1 millones de habitantes, Montana pasó de registrar una muerte por sobredosis de fentanilo en 2018 a un total de 12 en 2020; pero, en este Estado, la droga que ha dominado la década anterior es la metanfetamina mexicana de alta potencia.

“Las muestras de metanfetamina han probado tener consistentemente pureza del 95 por ciento o superior”, afirma un reporte del Departamento de Justicia de Montana al que Grupo REFORMA tuvo acceso.

“Este nivel de pureza indica que las drogas se producen en instalaciones a gran escala que probablemente operan en México. También apunta a la existencia de rutas de suministro directo hasta Montana donde las drogas no se manipulan ni se diluyen durante el transporte”, añade el reporte.

Si bien la alta pureza de la metanfetamina mexicana en Montana muestra que el traslado desde la frontera no implica muchos pasos intermedios, las autoridades creen que la relación de los operadores del abasto al Estado con los grupos mexicanos es de carácter fluido.

“Aunque (los operadores arrestados) tienen relaciones directas con miembros del cártel en México y Estados Unidos, su lugar dentro de estas organizaciones es difícil de determinar. (Además) estos sospechosos dependen en gran medida de la ayuda y apoyo de los grupos locales de tráfico de droga (en Montana)”, dice el reporte.

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Egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), el culiacanense Ricardo Ramos Medina se había convertido hasta antes de su arresto en marzo de 2020 en un visitante frecuente al Estado de Montana a través de largos viajes terrestres desde la frontera.

Según la acusación en su contra, Ramos Medina viajaba de México al sur de California usando una visa de turista donde recogía droga sintética que otros operadores ya habían cruzado por la frontera; él estaba encargado de enviar la droga por paquetería a sus contactos anglosajones en Montana o de trasladarla por tierra.

En febrero de 2019, la operación encubierta de fuerzas antinarcóticos en Estados Unidos conocida como “Novia de Verano” observó a Ramos Medina alquilar un automóvil Nissan Altima color plata en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles (LAX) y hacer un viaje de mil 800 kilómetros hasta el Motel Super 8 en Butte.

Pasando por ciudades como Las Vegas y Salt Lake City hasta llegar a las zonas rurales de Montana, Ramos Medina usó la carretera interestatal número 15, un concurrido corredor comercial usado intensamente por el transporte de carga que llega hasta Alberta en Canadá.

Instalado en el Motel Super 8 de Butte, Ramos Medina tenía en ese febrero unos 4 kilos de metanfetamina y mil 800 píldoras de oxicodona mezclada con fentanilo; además, el sinaloense recolectaría pagos por droga y organizaría envíos de dinero a México usando servicios de remesas.

Al final de la operación “Novia de Verano” en marzo de 2020, las autoridades estadounidenses terminarían por desbaratar dicho canal de distribución que dependía de Ramos Medina y otros dos mexicanos; sin embargo, la última milla dependía de una red independiente de 18 narcomenudistas anglosajones en Montana.

Según los fiscales federales en Estados Unidos, la red a la que pertenecía Ramos Medina se calcula que traficó en total una tonelada de metanfetamina a Montana y 722 mil píldoras contaminadas con fentanilo, además de obtener ganancias por casi 3 millones de dólares durante su tiempo de vigencia.

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En octubre de 2020, la Corte Federal del Distrito de Montana condenó a Ramos Medina a ocho años de cárcel por tráfico de metanfetamina, pero los fiscales evitaron hablar de él como un miembro del Cártel de Sinaloa, sino como simplemente una persona con vínculos con dicha organización.

“La gente muchas veces dice ‘Estoy con el grupo de Sinaloa’ o ‘Estoy con el CJNG’ o lo que sea. Pero eso no significa que estén profundamente conectados al interior de los grupos”, apunta el escritor Quiñones, quien por una década fue corresponsal internacional en México.

Durante el proceso en su contra, la defensa de Ramos Medina presentó cartas de sus familiares en Culiacán incluyendo su madre y esposa solicitando infructuosamente una condena menos severa asegurando que el joven abogado era un hombre honesto y que únicamente incurrió en una mala decisión.

Recordando que además de traficar droga también organizó envíos de dinero a México, los fiscales rebatieron los dichos de la familia de Ramos Medina asegurando además que éste usó tarjetas de crédito fraudulentas para rentar autos en Los Ángeles y que se identificó como policía al solicitar su visa de Estados Unidos.

La entrada y salida constante de operadores como Ramos Medina en la escena de abasto de drogas a las redes locales de narcomenudeo anglosajonas no significa un dominio de un Cártel como el de Sinaloa sobre el territorio de Montana, según el reporte del Departamento de Justicia de ese Estado.

“Residentes locales viajan a Colorado, Utah, California, Nevada y el Estado de Washington para reunirse con asociados de los cárteles mexicanos y comprar las drogas a un precio más bajo y luego transportarlas de regreso a Montana”, asegura el reporte sobre las alternativas que existen.

Los otros dos miembros mexicanos de la red desmembrada en Butte incluyeron a Heriberto Tavares, quien almacenaba la droga en California previo a su envío a Montana, y a Humberto Medina Villarreal, ex presidiario en Montana a quien se considera orquestador y la liga con los fabricantes de droga en Sinaloa.