Visita a Oaxaca: camino de respeto mutuo y de cooperación ganar-ganar

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Zhang Run

En esta temporada del sol abrasador y de crecimiento de todos los seres vivos me complació mucho aceptar la invitación de la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, y del gobernador de Oaxaca, Salomón Jara, a visitar el estado de Oaxaca en plena primavera oaxaqueña. Ver para creer. Oaxaca, conocida como el “corazón cultural de México”, con su rica cultura, gente cálida y sincera, recursos diversificados y comida única, me ha dejado muchos recuerdos maravillosos.

México es un país con una gran diversidad cultural que ha dado lugar a antiguas civilizaciones indígenas en América y las ha integrado con la cultura y las costumbres españolas en su proceso histórico. Oaxaca es un microcosmos de la multiculturalidad mexicana, donde los sitios arqueológicos, las comunidades indígenas, las iglesias y los conventos de diferentes épocas se complementan en esta tierra llena de colores. A solo media hora en carro desde la capital oaxaqueña se encuentra el renombrado sitio patrimonio cultural de la humanidad Monte Albán, donde se encuentran los palacios, templos y observatorios que destacan huellas históricas de las civilizaciones zapoteca y mixteca, brillos de las labores y la sabiduría del ser humano.

Con vistas a un vasto complejo de sitios de la misma época de Confucio, me sentí como si hubiera viajado más de 2 mil 500 años para presenciar el encuentro de las antiguas civilizaciones china y mexicana a ambos lados del océano. Tanto China como México hemos hecho contribuciones indelebles al avance de la civilización humana. En el nuevo punto de partida del décimo aniversario del establecimiento de la asociación estratégica integral entre los dos países, no solo debemos valorar la propia cultura, sino también apreciar la cultura de los demás en la búsqueda de la prosperidad común. Debemos respetar las diferencias culturales, ser firmes en nuestra confianza cultural y contribuir en mayor medida al progreso de la civilización humana mediante el aprendizaje mutuo.

Oaxaca es la cuna de Benito Juárez, el primer presidente indígena y héroe nacional que defendió la Independencia y la soberanía de México. Durante esta visita escuché varias veces al gobernador Salomón Jara y a otros amigos oaxaqueños citar la frase célebre de Benito Juárez: “Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz” y expresaron su total comprensión y consideración al principio de Una Sola China, por lo cual expreso mi alto aprecio. China y México compartimos la misma posición de oponernos a la injerencia en los asuntos internos de otros países, defender la independencia y la autonomía, y de salvaguardar la soberanía nacional y la integridad territorial.

Me impresionaron mucho las prácticas de desarrollo de Oaxaca basadas en sus propias características: 73 por ciento de los presidentes municipales son elegidos por los Sistemas Normativos Indígenas (el sistema de usos y costumbres) en lugar de las elecciones entre partidos políticos, mientras 76 por ciento de la tierra es propiedad comunal indígena en vez de particular. Así mismo, los indígenas locales participan en el “tequio”, es decir, el trabajo colectivo voluntario, todos los fines de semana. A través de contactos con personajes oaxaqueños de diversos sectores, me ha llamado la atención el hecho de que los caminos hacia la modernización no son uniformes, sino se deben basar en las condiciones de la propia nación y cada país debe respetar la vía de desarrollo del otro.

El gobierno oaxaqueño y los sectores locales han expresado su bienvenida a la participación extranjera en el proyecto del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec. Siempre que la parte mexicana pueda ofrecer un entorno de inversión equitativo, justo, transparente y no discriminatorio, las empresas chinas estarán dispuestas, por supuesto, a considerarlo activamente de acuerdo con los principios del mercado y las prácticas internacionales. China y México somos grandes países en vías de desarrollo e importantes mercados emergentes que compartimos una gran variedad de intereses comunes. China está dispuesta a avanzar de la mano con la parte mexicana en búsqueda de la prosperidad nacional, así como el bienestar del pueblo, hacia el desarrollo compartido.