Impensado

Juan Manuel López García.

De la noche a la mañana se convirtió en un fenómeno político y curiosamente gracias a la negativa del Presidente a recibirla en su show en cumplimiento a una sentencia de un juicio de amparo para ejercer el derecho de réplica por las mentiras que había dicho López de su persona, lo que solo demostró el pánico que le tiene, y desde que anunció su interés de ser candidata, notamos que es muy diferente a los demás contendientes. Los oficialistas se empeñan día a día en ser una copia, mal hecha por cierto, de su líder moral, al grado de que su principal preferida, ya en sus actos habla con acento tabasqueño, nada más falta pinte el pelo blanco..

Curiosamente uno de los ataques que ha sufrido en redes para tratar de descalificarla es llamarla “mujer blanca privilegiada”, situación que aunque fuera cierta, de ninguna manera le afectaría ese calificativo. La campaña de desprestigio la inició el presidente, quien no pudo ocultar su odio, su rabia y su resentimiento contra ella. Solo ayer en la red social Twitter generó tendencia nacional con más de 43 mil menciones en las primeras horas del día, y López no puede tolerar que alguien, a quien en realidad no tenían en el radar, le quitara los reflectores a él y a sus ungidos.

Después del fenómeno Xochitl, López se ve forzado a redirigir su dedo elector, ya que en todos los planos Gálvez es muy superior y con más experiencia y carisma de su corcholata favorita, solo imaginemos un debate entre ambas. Además Xochitl sabe andar en campaña junto al pueblo y fácilmente, por su sencillez, se gana el afecto y cariño de la gente. Algunos la califican como una candidata “todo terreno.”

Para ella es sencillo, sí es de origen indígena, nació en Tepatepec, Hidalgo, su familia muy humilde, padres indígenas, trabajó vendiendo gelatinas para ayudarse y hasta de escribiente en el registro civil de su pueblo. Gracias a un apoyo le permitió estudiar Ingeniería en computación en la UNAM, donde se graduó con honores; es especialista en robótica, inteligencia artificial, edificios inteligentes, sustentabilidad y ahorro de energía, empresaria exitosa, jefa delegacional en la Miguel Hidalgo, directora de la Comisión Nacional de los Pueblos indígenas, creadora de la “Fundación Porvenir” dedicada al apoyo de niños con desnutrición de zonas indígenas y en el año 2000 fue galardonada por el Foro Económico de Davos, Suiza, como uno de los 100 líderes globales del futuro del mundo.

Xóchitl Gálvez revolucionó la sucesión presidencial. No se pelea con las fortalezas del presidente. La oposición ha caído-constantemente- en el error de pelearse con los programas sociales, las pensiones y las becas. A través de un discurso clasista, han dicho que no es más que el ejército electoral de López Obrador. El problema es que en un país tan desigual como el nuestro, los programas sociales son necesarios y populares. De acuerdo con las encuestas, la política social es lo más reconocido de su administración. La aprobación a estos programas está por encima del 70%. Xóchitl entendió que debe jugarle a López Obrador en su cancha: promete mantener la política social e incluso ampliarla. No se pelea con la base del obradorismo y desactiva un voto de miedo.

Rompe el voto de clase social. El obradorismo nos ha dejado un hecho demoscópico innegable: la clase económica define, en una altísima proporcionalidad, la tendencia de voto. Las clases medias y altas prefieren a la oposición; las clases populares van con Morena. En una ecuación así, a la oposición no le alcanza. La oposición necesita rascarle votos a Morena entre sus simpatizantes. Xóchitl Gálvez puede jalar a obradoristas moderados y a votantes de clases bajas que no se reconocen en la actual Alianza Va por México. Amplía la base de electores probables.

No es producto de las burocracias partidistas. Si bien debe ganar un proceso interno en donde las dirigencias de los partidos juegan un rol fundamental, su perfil embona mejor con la de una outsider. Mantenerse como externa sin entrar en la lógica partidista supone no cargar con los negativos de las marcas partidistas. Sin embargo, necesita de sus estructuras para ser competitiva. Un dilema que deberá enfrentar. Es una candidata antisistema, pero que necesita de los partidos para llegar a Palacio Nacional.

La aparición de Xóchitl Gálvez provoca que Marcelo Ebrard resucite de cara a 2024. El candidato que puede ensanchar el voto de Morena entre clases medias es Ebrard. ¿Será que López Obrador repiensa su decisión de designar a Sheinbaum? Hasta eso puede mover el efecto Xóchitl que ya encabeza las encuestas en la oposición. Su mejor relato es que ella sí puede detener a Morena, hasta antes de ayer, algo impensado.

Jugadas de la Vida.

Un tercio de todas las solicitudes de divorcio en Estados Unidos en el 2011 contenían la palabra “Facebook”.

Twitter: @ldojuanmanuel