“Gano 30.000 euros al mes vendiendo fotos de mis pies”: ¿de verdad es así de sencillo y rentable?

EL PAÍS

AROLA POCH

Málaga – 14 ABR 2023. “Gano 30.000 euros al mes vendiendo fotos de mis pies”. Esto declaraba una chica en un vídeo que se hizo viral en TikTok hace apenas unas semanas. Si buscamos información sobre el tema en internet aparecen millones de resultados y titulares como: “Vendo fotos de pies, es fácil y recibo muchas peticiones extrañas” o “El negocio de vender fotos de pies que arrasa en internet”. Sin embargo, solo unos pocos artículos intentan poner algo de sensatez al tema y plantean dudas sobre este negocio. Porque ganar miles de euros al mes vendiendo fotos de pies suena a nueva leyenda urbana, como la de Ricky Martin, la mermelada y el perro.

Comercializar fotos o vídeos de pies se ha convertido en una nueva tendencia en las redes. Existen hasta páginas especializadas en ello que ponen en contacto a vendedoras con compradores. Normalmente, esos son los géneros de cada rol: mujeres venden y hombres compran. Estos últimos son, habitualmente, personas con un fetiche hacia esta parte del cuerpo, es decir, hay un objetivo sexual que es excitarse con esas imágenes. Por otro lado, cualquiera puede hacerse fotos de sus pies y ponerlas a la venta. Además, se puede considerar que son solo unos pies, no es tan íntimo como otras partes del cuerpo y es posible aparecer en la imagen sin mostrar la cara. Anzuelo fácil para mujeres jóvenes (y no tan jóvenes) que pueden ver en ello una forma de conseguir ingresos. Pero, ¿es así de sencillo y rentable?

Jaime es comprador habitual de este tipo de fotos desde hace un tiempo. En un mes puede gastar unos 120 euros. Lo máximo que ha pagado de una sola vez fueron 340 euros por seis fotos de una celebridad. En su opinión, para que una mujer pueda ganar miles de euros al mes tiene que haber trabajado muy duro antes, construyéndose una imagen sólida en redes sociales. “Para alguien que acaba de empezar es difícil”, asegura.

Si se echa un vistazo en una página especializada como FeetFinder, los precios por foto se mueven entre los 5 y los 40 euros. Jaime confirma estas cifras: “Suele oscilar entre 10 y 30 euros por imagen si no son modelos y entre 20 y 45 si lo son. Algunas mujeres con poco volumen de seguidores en Twitter o Instagram pueden cobrar 10 euros por una imagen de solo las plantas o solo los dedos de los pies”. Con ese precio básico habría que vender 100 fotos para conseguir 1.000 euros, 3.000 para 30.000 euros.

Sin embargo, no todas las fotos se cotizan igual. Jaime da una primera pista para incrementar el precio: ser conocida, al menos en el mundillo. Carlos es fetichista de pies y coincide con su colega en la importancia de la dedicación. “No basta con subir un par de fotos y cobrar, sino que hay que hacer una buena gestión de promoción a través de diferentes redes sociales: subir fotos, vídeos, historias, reels… para llamar la atención de quienes disfrutamos de este fetiche”. Además, añade otro factor: la innovación. “Subir contenido regular no creo que sea suficiente, hay que añadirle un toque de innovación”, reflexiona. “Si alguien publica contenido en diferentes lugares, con distintos ángulos, mostrando las diferentes partes del pie, realizando juegos de rol, por ejemplo, creo que le puede ir muy bien”.

Aquí también hay distintos gustos. Hay personas que prefieren pies con mucho arco, planos, con dedos largos, más carnosos, con zapatillas de bailarina, pisando frutas, entre muchas otras posibilidades. Se podría decir que todo pie tiene su público, solo hace falta encontrarlo. “Me gusta ver fotos de las plantas y los dedos de los pies, así como de la cara. Por eso pido que la foto se haga frente a un espejo. No estoy interesado en comprar fotos sin cara”, comenta Jaime. “Debido a que la persona muestra su rostro y rompe el anonimato, algunas se niegan. Y las que están de acuerdo piden más dinero”, detalla. El precio también puede aumentar si la modelo usa ropa interior, si se muestra en determinadas poses o si cumple con alguna petición concreta. “He visto a algunas modelos cobrar alrededor de 90 euros por un vídeo corto de ellas simulando un footjob [masturbación hecha con los pies] en un dildo”. Por tanto, cuanto más específica sea la foto y más requisitos cumpla, más importe se podrá pedir.

Me gusta ver fotos de las plantas y los dedos de los pies, así como de la cara. Por eso pido que la foto se haga frente a un espejo. No estoy interesado en comprar fotos sin cara

Jaime, fetichista de pies y comprador de fotos

También hay que tener en cuenta un factor que afecta al negocio: la competencia. Por un lado, se pueden encontrar millones de fotos y vídeos de pies gratis en la red. Y, por otro, cuantas más personas decidan vender sus imágenes, más difícil será encontrar comprador y más probable que baje el precio. Sencillamente, es la ley de la oferta y la demanda.

Fetichismo de pies, la erótica tras el negocio

Gracias a la visión más abierta que actualmente se tiene de la sexualidad se ha dado visibilidad a otras formas de disfrutar. El fetichismo, es decir, sentir atracción erótica hacia un objeto o parte específica del cuerpo, es una de ellas. Y el gusto por los pies es el más popular de todos, según confirmaba el estudio Relative prevalence of different fetishes publicado en febrero de 2007.

Aun así, hay unos cuantos mitos respecto a este gusto erótico. Uno de ellos es el que describe a las personas fetichistas como gente peculiar con una cierta obsesión por esa parte del cuerpo. Algo de eso subyace en el auge de este negocio: sube fotos de pies y a vivir. Es lo que Carlos comenta al hablar de la necesidad de innovar en el material: “Se trata de cambiar el enfoque un tanto superficial de que a los fetichistas únicamente nos gusta ver pies y ya”.

Ciertamente, esa idea ingenua de que cualquiera puede ganar mucho dinero vendiendo fotos de sus pies es una simplificación del fetichismo. Bajo esa falsa premisa, las personas fetichistas se lanzan de cabeza ante cualquier estímulo de pies, a pagar por cualquier cosa. Y no es así. En general, es gente con criterio y gustos que valoran algo más que solo unos pies. Valoran, igual que todos, a la persona entera, solo que, además, se fijan en la parte más inferior del cuerpo.

En definitiva, hay demanda, hay oferta y puede haber negocio. Pero sin caer en simplicidades o dinero fácil. No es la gallina de los pies de oro.