La quiniela de los Oscar 2023: los favoritos en cada categoría

EL PAÍS

GREGORIO BELINCHÓN

Ya se acerca la madrugada del lunes en Europa, cinco de la tarde en Los Ángeles (California), cuando comenzará la 95ª ceremonia de los premios Oscar, en el teatro Dolby. La elección de los galardones depende de 9.579 personas tras una campaña, la de los Oscar, que en teoría no se realiza (hay unas normas férreas creadas hace años para contrarrestar las maniobras de Harvey Weinstein) pero que en la práctica existe. Como las meigas.

Todas las nominaciones a los premios Oscar 2023

Los electores de los Oscar se mueven por la inercia de la temporada de trofeos, y más en esta edición, que se ha votado durante seis días hasta el martes 7, con todas las galas de cine ya celebradas, pero esto no es científico: el año pasado acertamos 19 de 23 galardones; entre los errores, no apostar por The Windshelter Wiper, de Alberto Mielgo, el Oscar español de 2022. Aquí va un repaso a las 23 candidaturas y a sus posibles ganadores según las ceremonias previas de premios. Veremos si se cumplen los vaticinios.

MEJOR PELÍCULA. Todo a la vez en todas partes, de Daniel Kwan y Daniel Scheinert. Ha ganado todo lo que tenía que ganar: los premios de los sindicatos de actores, guionistas, directores y productores, y de paso el Critics Choice y hasta los Independent Spirits del cine indie. Perdió en los Bafta y en los Globos de Oro, batallas poco importantes si tienes en mano el póquer de ases de los cuatro gremios. Solo puede tener en contra que pocas veces gana la ciencia ficción (en realidad, sería la primera película de superhéroes en alcanzar este galardón) y que es un filme que polariza opiniones, cuanto el voto preferencial apoya trabajos más mediocres y amables como Green Book o CODA. Por cierto, gracias a Avatar: el sentido del agua y a Top Gun: Maverick, nunca en la historia de los Oscar habían recaudado tanto, sumadas, las competidoras en este apartado.

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MEJOR DIRECCIÓN. Por la misma razón que la estatuilla a mejor película, los Daniels, como se conoce a Daniel Kwan y Daniel Scheinert, han ganado todo lo que había que ganar con su trabajo en Todo a la vez en todas partes. Sobre todo, el premio del sindicato de directores, que ha coincidido con el Oscar en las últimas 17 de 20 ediciones. Por mucho que alguien recuerde que Spielberg hace 24 años que no se lo lleva, esta no parece su edición.

MEJOR ACTOR. Brendan Fraser, por La ballena. Ganó el premio en el sindicato de actores. Y eso aquí puntúa. Y mucho. Que no se lo llevara en los Globos de Oro tenía su sentido, por su denuncia del acoso que sufrió por parte del periodista que en su momento presidía la asociación. Y aquí poco pinta que no ganara el Bafta, porque sí lo hizo en los Critics Choice. Austin Butler, el protagonista de Elvis, se ha llevado los trofeos que no ha logrado Fraser, y cuenta a su favor que siete de las últimas 10 estatuillas en esta categoría han recaído en intérpretes que dan vida a clones de personajes reales (o como bien dicen en inglés, impersonations). Pero, ¿a quién no le gusta un retorno a lo grande como el de Fraser? Será un momento conmovedor. Curiosidad: todo el quinteto nominado llega a los Oscar por primera vez.

MEJOR ACTRIZ. Michelle Yeoh, por Todo a la vez en todas partes. Porque lleva cuatro décadas en la industria, porque todo el mundo la quiere, porque está en la película de moda, porque ganó en el sindicato de actores… Y porque su máxima rival, Cate Blanchett, por Tár, ya tiene dos premios Oscar. Más cosas a favor de Yeoh: desde 2002 ninguna actriz no caucásica ha ganado en esta categoría, y nunca ha ganado una asiática. Estigmatizadas más aún que las intérpretes afroamericanas, hay que recordar que Merle Oberon, por ejemplo, escondió hasta su muerte en 1979 que era angloindia nacida en Bombay; es más, al inicio de su carrera, su madre, Charlotte Selby, de piel más oscura, la acompañó como si fuera su mucama. Oberon fue candidata al Oscar a actriz protagonista en 1936 con El ángel de las tinieblas, y protagonizó Cumbres borrascosas en 1939. De ahí la importancia del triunfo de Yeoh, que enorgullecerá a otra minoría que sufre el racismo en EE UU. Por cierto, en los Independent Spirit, donde no hay diferencias de género en los premios de interpretación, también ganó Yeoh en intérprete protagonista.

MEJOR ACTOR SECUNDARIO. Otra estatuilla cantada. Al igual que el año pasado ocurrió con Troy Kotsur, por CODA, esta temporada de premios ha sido un paseo para Ke Huy Quan, el actor nacido en Saigón hace 51 años, y que vive desde crío en EE UU, donde se hizo popular con Indiana Jones y el templo maldito y Los Goonies. Otro intérprete que renace de sus cenizas tras décadas de travesía en el desierto y sentir el racismo en las pruebas de reparto. Lo ha ganado todo menos el Bafta gracias a su Waymond Wang en Todo a la vez en todas partes. Habrá otro discurso con lágrimas.

MEJOR ACTRIZ SECUNDARIA. Al inicio de la temporada, Angela Bassett y su reina Ramonda de Wakanda Forever era la favorita. Por fin Marvel lograría un Oscar en una categoría de interpretación. Y ni los Critics Choice ni los Globos de oro llevaron la contraria a esa narrativa. Sin embargo, el final de la campaña, que ha coincidido con los últimos premios, ha enviado otro mensaje: Jamie Lee Curtis, como funcionaria de Hacienda en Todo a la vez en todas partes, ha devenido en la mejor apuesta tras haberse llevado el premio del sindicato de actores. Ambas comparten un vasto currículo esculpido durante décadas en todo tipo de proyectos.

MEJOR GUION ORIGINAL. El de los Daniels por Todo a la vez en todas partes. Solo no ha ganado en los Bafta (donde lo hizo Almas en pena de Inisherin, pero ahí Martin McDonagh jugaba en casa). Pero la narrativa que acompaña a esta película es que es un filme de futuro, repleto de ideas chispeantes, distinto… y que eso nace del guion.

MEJOR GUION ADAPTADO. Lo peor de Sin novedad en el frente es su libreto, que ha traicionado el final de la novela y que ha cortado hasta la frase que titula el libro (y la película). Con todo, ganó el Bafta en su apartado. Por suerte, el sindicato de guionistas envió un mensaje claro a mitad de los seis días de votaciones de los Oscar: su galardonada fue Sarah Polley por su trabajo en Ellas hablan, adaptación del libro de Miriam Toews. Será un galardón para esconder una vergüenza mayor: no hay ni una directora candidata en su categoría y solo una película de las 10 candidatas al trofeo grande está liderada por una cineasta: Ellas hablan.

MEJOR PELÍCULA INTERNACIONAL. La lógica y la tradición advierten: esta categoría la gana el filme que también compita en el Oscar a mejor película. Así que será la alemana Sin novedad en el frente, de Edward Berger, que además arrasó en los Bafta, que además tiene nueve nominaciones a los Oscar… Estatuilla para Netflix. Sin embargo, si en un apartado hay que jugársela para hacer saltar la banca, aquí llega el momento de apostar por Argentina, 1985, de Santiago Mitre. Contra la alemana solo ha ganado el Globo de Oro, cierto, pero la campaña de la película que produce Victoria Alonso (megadirectiva mundial de Marvel, ahí queda eso) ha sido impecable.

MEJOR LARGO DE ANIMACIÓN. Pinocho de Guillermo del Toro, de, como ya dice su título, Guillermo del Toro. Porque es la mejor. Porque el mexicano posee una labia homérica que la promoción de sus trabajos desarbola hasta a sus peores enemigos. Y porque lo ha ganado todo en las ceremonias previas. Estatuilla para Netflix (2).

MEJOR LARGO DOCUMENTAL. Navalny, de Daniel Roher. Porque aunque La belleza y el dolor, de Laura Poitras (que ya tiene el Oscar), obtuvo el Independent y el León de Oro de Venecia, ya en los Bafta y en los trofeos del gremio de productores este filme, que acompaña durante años al gran opositor a Putin hasta que acaba preso en Siberia, ganó en su categoría. Premio del público en Sundance 2022, contiene una de las secuencias más delirantes del año: el mismo Alexéi Navalni engaña por teléfono a uno de los espías (en concreto, al químico del comando) que intentó matarle por envenenamiento, y logra que cuente todo mientras graban la conversación.

MEJOR DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA. En las papeletas de los Oscar solo aparece el nombre de la película, no el de las personas que lideran cada filme en los apartados técnicos. Por eso, aquí, el posible triunfo de Mandy Walker en Elvis no está tan claro si creemos que los académicos podrían votar pensando en el hito de que Walker sería la primera mujer que gane en esta categoría. Probablemente se dejen llevar por el hecho de que Sin novedad en el frente (fotografía de James Friend) tiene muchas nominaciones técnicas. Eso sí, y así se desnivela la balanza a su favor, Walker ha ganado en los premios de la American Society of Cinematographers, que se han llevado también los ganadores del Oscar en las últimas siete de 10 ediciones.

MEJOR BANDA SONORA. La partitura de Volker Bertelmann para Sin novedad en el frente, que ya ha ganado el Bafta, es la favorita clara. Ahora, John Williams tiene 91 años, lleva casi 30 sin ganar el Oscar, y votarle a él es compensar en algo a Spielberg y Los Fabelman.

MEJOR CANCIÓN. Naatu Naatu, de M. M. Keeravaani y Chandrabose, para la película india RRR, fenómeno del año en EE UU. Ni Rihanna, ni Lady Gaga, ni David Byrne, ni Diane Warren con su 14ª candidatura (suerte que ya le han dado el Oscar de honor). Otro premio fijo.

MEJOR DISEÑO DE PRODUCCIÓN. Elvis, trabajo de Catherine Martin, Karen Murphy y Beverley Dunn. Cuidado: Babylon ha ganado el Bafta, el Critics Choice y en la categoría película de época del Sindicato de Directores de Arte. Pero es que Babylon no le ha gustado al votante medio de los Oscar, como puede verse en las nominaciones. Elvis se ha llevado el galardón de la Set Decorators Society of America en el apartado película de época. Por inercia de voto, Elvis.

MEJOR DISEÑO DE VESTUARIO. Catherine Martin, por Elvis. La mano derecha (esposa) de Baz Luhrmann ha ganado el premio para película de época del Sindicato de Diseñadores de Vestuario y el Bafta. Ya tiene en casa cuatro premios Oscar, por los vestuarios y los diseños de producción (antiguamente dirección de arte) de El gran Gatsby y de Moulin Rouge! Las rivales más fuertes son Ruth E. Carter por Wakanda Forever (pero en su sindicato perdió ante Todo a la vez en todas partes) y Mary Zophres por Babylon (que perdió en su sindicato ante Elvis). Por imaginación, la mejor labor en este quinteto es la de Carter.

MEJOR MAQUILLAJE Y PELUQUERÍA. Otra estatuilla que parece clara para Elvis, y su equipo conformado por Mark Coulier (que ya tiene dos premios Oscar), Jason Baird y Aldo Signoretti (cuatro veces candidato). Han ganado el Bafta y tanto en el apartado maquillaje como en peluquería de película de época en el Sindicato de Hollywood de maquilladores y peluqueros. Y este fue el único premio que ganó Elvis en los Critics Choice.

MEJOR MONTAJE. Paul Rogers, por Todo a la vez en todas partes. En los premios Eddie de los montadores, tanto Todo a la vez… como Top Gun: Maverick se llevaron sendos galardones (por comedia y drama, respectivamente). Además, Rogers ha sumado el Bafta, el Critics Choice y el Independent Spirit. Y su labor es fundamental en el devenir de la trama de la película de los Daniels. Galardón irrefutable.

MEJORES EFECTOS VISUALES. Para Avatar: el sentido del agua, y el equipo que lidera Joe Letteri, con cuatro Oscar en su currículo, de la empresa Weta Digital, junto a Richard Baneham, Eric Saindon y Daniel Barrett. Entre los cuatro suman cinco estatuillas. Han ganado todos los galardones previos, como debe ser.

MEJOR SONIDO. Aquí hay mambo, y esta categoría hará ganar o perder quinielas. Para Sin novedad en el frente, y su equipo: Viktor Prasil, Frank Kruse, Markus Stemler, Lars Ginzel y Stefan Korte. Tanto ellos como Top Gun: Maverick y Elvis han ganado premios en los galardones de los Montadores de Sonido de Cine. Sin novedad en el frente se llevó el Bafta y Top Gun: Maverick el premio principal de la Sociedad de Sonido de Cine. A favor de Top Gun, que aquí suelen gustar las películas de sonido estruendoso; a favor de la alemana, que ganó el Bafta y que juega más con el sonido y su ausencia.

MEJOR CORTO DE FICCIÓN. The Red Suitcase, de Cyrus Neshvad. Detrás de Le Pupille, que dirige una cineasta reputada, Alice Rohrwacher, también está un productor reputado, Alfonso Cuarón. Y se estrenó en Cannes y está disponible en Disney+… Pero la ola final no es la suya, sino de The Red Suitcase, que si acaso tiene en contra que no es en inglés (en esta categoría solo está filmado en ese idioma An Irish Goodbye). La protagonista de The Red Suitcase es una chica iraní que intenta huir del marido con el que la van a casar y que la espera a la salida del aeropuerto en el que ella acaba de aterrizar.

MEJOR CORTO ANIMADO. Muy fan de My Year of Dicks, de Sara Gunnarsdóttir. El año pasado aprendimos con la estatuilla de Alberto Mielgo que los votantes llegan a esta casilla con los deberes hechos. En el caso de Mielgo, ganó la calidad de su trabajo por encima de la maquinaria de promoción de Netflix. En esta edición, la plataforma que ha gastado dinero en publicidad ha sido Apple TV+, con su El niño, el topo, el zorro y el caballo, que cuenta con J. J. Abrams como productor ejecutivo y voces de actores prominentes (Tom Hollander, Idris Elba, Gabriel Byrne). Sin embargo, el corto más original es My Year of Dicks, que no será el de mejor animación, pero sí el más irreverente y diferente. Y sí, va de la vida sentimental y sexual de una mujer (el título lo aplaude cualquier responsable de SEO), en concreto de Pam (la guionista, Pamela Ribon), que busca perder la virginidad con la pareja adecuada.

MEJOR CORTO DOCUMENTAL. Stranger at the Gate, de Joshua Seftel. En esta categoría hay dos cortos de Netflix, algo aburridos ambos, El efecto Martha Mitchell y Nuesto bebé elefante. Se anulan mutuamente. Detrás de Stranger at the Gate, que habla de confrontar las diferencias religiosas, está la activista paquistaní y premio Nobel de la Paz Malala Yousafzai, productora ejecutiva y embajadora de este filme, con el que se ha volcado en la temporada de premios.