CANCHA
Cd. de México (20 agosto 2022).- El América despedazó 7-0 a Cruz Azul, un resultado que obliga a frotarse los ojos, en la mayor goleada de la historia en un Clásico Joven.
La Máquina escupe su historia. Su técnico Diego Aguirre quizá viva sus últimos segundos. A los cementeros otra vez les aterroriza el amarillo.
Los cruzazulinos llegaron moribundos al Estadio Azteca, resignados a recibir el tiro de gracia, asustados, ansiosos de llegar a casa quizá sólo para tener más pesadillas. Sus 25 goles en contra en 10 jornadas los ubican como la peor defensiva del torneo y a Diego Aguirre como su técnico quizá sólo unos minutos más.
América se ensañó con los cementeros, con goles de Richard Sánchez en un violento disparo, del “Cabecita” Rodríguez, de Diego Valdés en tiro libre, así como del líder de goleo Henry Martín, quien ya presume seis anotaciones. Álvaro Fidalgo, Federico Viñas y Salvador Reyes cerraron la cuenta.
Y pudo ser peor: Alejandro Zendejas y Álvaro Fidalgo dispararon al poste y toda la noche fue una práctica de tiro a gol.
El portero José de Jesús Corona seguro dio gracias de jugar con la Sub 20, en donde sólo perdió 2-0.
“Sebastián Jurado cree que sigue portereando con Veracruz”, lanzó un aficionado, en alusión a la escasa reacción del guardameta en el trallazo de Richard y en el tiro libre de Valdés.
El técnico cruzazulino Diego Aguirre es la definición perfecta de caminar en el patíbulo.
¿Cómo aspirar a más si un lateral como Luis Abram marcó a Alejandro Zendejas como si fuera su fan? ¿Qué hacer cuando los pases más peligrosos de Carlos Rotondi son para el rival? ¿Cómo reaccionar si el refuerzo Ramiro Funes Mori salió volando como niño ante la fortaleza de Henry en aquel gol del ‘Cabecita’? ¿Qué es lo que queda cuando Rafael Baca se va expulsado por planchar a Henry?
El amarillo, otra vez, aterró a los cruzazulinos.
“Seis, seis, seis”, clamaba la orgullosa afición azulcrema que, en otras ocasiones, también modificaba el “Cielito Lindo” al son de “ay, ay, ay, ay, chemo, no llores…”.
Es cierto que Cruz Azul tuvo una tibia reacción en aquellos disparos consecutivos al travesaño, de Juan Escobar y Ángel Romero, o en aquella anotación de Rotondi anulada por una falta sobre Bruno Valdez, tras la revisión en el VAR.
El árbitro Luis Enrique Santander, por pura piedad, dio el silbatazo final al 90′,