La Orden de los Pobres Caballeros de Cristo y del Templo de Salomón, mundialmente conocidos como Caballeros Templarios, fue fundada a finales de la década de 1,110. Esta fue una de las órdenes militares cristianas más poderosas de la Edad Media.
La iglesia católica aprobó oficialmente esta Orden en el año de 1,129. La cual creció rápidamente en tamaño y poder, manteniéndose activa por casi dos siglos. Algunas de sus acciones mas importantes fue su participación en las Cruzadas y tenían el objetivo de restablecer el control cristiano sobre Tierra Santa.
La persecución y destrucción de los Caballeros Templarios se produjo en el siglo XIV por iniciativa del rey Felipe IV de Francia. El viernes 13 de octubre de 1307 fueron capturados y llevados a la Santa Inquisición para ser juzgados y condenados por supuestos crímenes en contra de la fe cristiana. El 18 de marzo de 1314, el Gran maestre de la Orden, Jacques de Molay, fue ejecutado.
Los historiadores nunca se han puesto de acuerdo sobre el porqué de esta detención. Se ha hablado de la debilidad de la Orden, sobre si el rey debía mucho dinero a los Templarios, sobre la inutilidad de su existencia una vez que la Tierra Santa había caído en manos del Islam.
Muchos sostienen que la Orden sobrevivió durante varios siglos, sin embargo no hay rastros históricos de ellos ya en pleno siglo XV, aunque sí se hayan elaborado mitos y leyendas en torno a su figura. Una de las más famosas es que una flota de los Caballeros Templarios logró escapar por
el Sena la víspera del arresto con el tesoro.