EL UNIVERSAL
Juana García
Collantes, Pinotepa Nacional.- Después del mediodía, cuando el sol está en su máximo esplendor, un grupo de niñas y niños que interpretan la danza tradicional de Los Diablos de Collantes acude al cementerio a honrar y a darle la bienvenida a los fieles difuntos rodeados de ritmo y alegría.
Con música y baile, Los Diablos reciben y honran a los difuntos. Para conmemorarles, un grupo de cerca de 20 niños y niñas acuden al panteón este primero de noviembre después del mediodía y hasta que su cuerpo les permite danzar en Collantes, ubicado en el municipio de Pinotepa Nacional y considerado uno de los pueblos negros de la Costa de Oaxaca.
Los pobladores de esta comunidad, que se identifica como negra y afrodescendiente, dicen que viven está tradición año con año, durante los días 1 y 2 de noviembre, en la celebración del Día de Muertos.
Kevin Alexis Corcuera Mariano de 13 años de edad cuenta a EL UNIVERSAL que lleva tres años bailando la danza en estas fechas de las fiestas a la muerte: “Bailamos cada año para los muertos y en algunos lugares que nos invitan como en Pinotepa Nacional”.
Kevin dice que aprendió a bailar gracias a su abuelo y su tío Dago, mientras que al igual que el resto de los infantes zapatea a tal grado que sus pies se alza a unos cincuenta centímetros.
El músico y danzante Cresencio explica que la Danza de Los Diablos identifica a la comunidad negra de esta parte de la Costa de Oaxaca; además, detalla, es una forma de honrar y bailar con las almas difuntas.
“Nosotros bailamos para honrar a los todos las personas que fueron danzantes, porque nuestros abuelos contaban que antes todos bailaban, por eso le bailamos a todos”.
La danza de Los Diablos comprende seis sones y para bailarla y regularmente consta de ocho parejas es decir, de 16 niñas y niños, aunque a veces varía el número.
Los danzantes usan una máscara para cubrirse la cara, la cual está compuesto de cuernos y piel de venado, pelo de caballo y otros accesorios. Algunos niños usan pantalón de cuero, aunque regularmente solo usan pantalón de mezclilla y camisa.
Durante este primero de noviembre, después de bailar los primeros sones en el cementerio de Collantes, los danzantes recorren a las casas para bailarles a las familias con versos sobre la muerte y los diablos.