‘Los guisos no se hacen en silencio’

REFORMA

Yanireth Israde

La comida que prepara Abigail Mendoza Ruiz, originaria del pueblo zapoteco de Teotitlán del Valle, Oaxaca, colma primero los oídos y sacia luego el apetito debido al sonido que emite el tueste o el asado de ingredientes en los rescoldos, la molienda en piedra o los hervores en barro y, por supuesto, la algarabía de las cocineras.

“Los guisos no se hacen en silencio”, advierte la ganadora del Premio Nacional de Artes y Literatura 2022, en la categoría Artes y Tradiciones Populares.

“Ser cocinera tradicional y ser cocinera en una familia tradicional es una actividad en la cual se comentan los momentos felices y se comentan los momentos difíciles. Hay de todo. En las fiestas, cuando se reúnen las cocineras o parte de la ayuda de las cocineras, algunas están platicando lo dramático que ha pasado en sus vidas o comentan las partes muy felices, y se muele entre risas, carcajadas y pláticas sobre la familia”.

¿Puede cocinar enojada?

Sí, pero parte de la tradición dice que no lo hagas porque te va a salir bien picoso. Cuando estás enojada y preparas una salsa, un mole, se te va (el picante), porque el humor es parte del amor a tu trabajo. Si no estás de lleno, lo que tú estás ofreciendo está sufriendo: lo transmites a la comida.