El narco como la gran fábrica de México: lecciones del polémico artículo de ‘Science’

EL PAÍS

ARNOLDO KRAUS

24 SEPT 2023 – Science es una de las grandes revistas dedicada a ciencia y a otros temas. Por su prestigio mundial, publicar en ella es meta de la inmensa mayoría de los científicos. Science es la revista de la American Association for the Advancement of Science. Fundada en 1880 ve la luz cada semana. Debido a la sapiencia de su grupo editorial es muy improbable, sino es que imposible, ser recipiendaria de noticias falsas -fake news-, la nueva pandemia cuya vigencia in crescendo y capacidad de desinformar crece sin coto.

Su factor de impacto, i.e., instrumento utilizado para comparar revistas y evaluar su importancia y repercusión dentro de la comunidad científica es enorme. Science es una de las revistas más respetadas en el mundo. En la sección Latest News (Últimas noticias) se abordan diversos temas, inter alia, Amazonas, el mundo de los vaqueros, datos sobre medusas, difteria, la cantidad de cosas (stuff) acumuladas para vivir, etcétera. El 21 de septiembre publicaron un texto acerca de los cárteles del narcotráfico en México y sus vínculos con la violencia.

De acuerdo con la investigación y la interpretación de Sara Reardon, autora del texto -Cutting cartel recruitment could be the only way to reduce Mexico´s violence- el narco es el quinto empleador de México. Aunque es imposible hablar de “números duros”, en sus filas “laboran” aproximadamente 175.000 personas y, cada semana se suman 350. Tal y como me lo han explicado dos profesores universitarios, uno afincado en Chilpancingo, otro en Chihuahua, la realidad económica aplasta: cuando terminan sus estudios los jóvenes universitarios o no encuentran empleo, o el salario magro e insuficiente los orilla a buscar otra fuente de ingresos. Supervivencia es la realidad. Emplearse es la necesidad. Binomio incontestable: sobrevivir y mantener a la familia es vital.

La realidad de los cárteles no sólo es realidad: es supervivencia y es un retrato preclaro de la política mexicana de las últimas décadas. Ninguno de nuestros putrefactos partidos políticos, PRI, PAN, PRD, Morena y anexas ha cumplido: ni han generado empleos suficientes, ni han protegido la salud de 50 millones de connacionales, ni han respaldado a los familiares de los desaparecidos, ni han dejado de expulsar a nuestros héroes trabajadores, los indocumentados, que arriesgan sus vidas en busca de soluciones al cruzar la frontera norte; las remesas de ese grupo, a pesar de la apreciación del peso frente al dólar, siguen siendo indispensables para evitar que nuestro país siga hundiéndose.

Rafael Prieto Curiel, expolicía de Ciudad de México, encargado del estudio puntualizó: “Ni a través de los tribunales ni a través de las cárceles. La única forma de reducir la violencia en México es cortar el reclutamiento de los cárteles”, aseveración veraz a la cual debe agregarse una cuestión insoslayable, ¿cuántos políticos mexicanos han tenido o tienen vínculos con el narcotráfico? Brete complejo, de nuevo real.

Comparto algunos datos del artículo. La organización criminal pierde 200 miembros cada semana; se calcula que 37% de los activos de los grupos de narcos en la década pasada fueron asesinados o encarcelados. En ese mismo período se agregaron 7000 nuevos activos: la cifra de reclutas en acción aumentó de 115.000 a 175.000. En nuestro país hay 150 cárteles; su capacidad empleadora es similar a la de Oxxo, una de las empresas que genera más trabajos. Por último, para incrementar nuestro desasosiego, se calcula que, en 2027 los cárteles crecerán 26% más y habrá 40% más víctimas.

La política, “abrazos, no balazos”, así como nuestra capacidad para exportar presidentes, Ernesto Zedillo, Enrique Peña Nieto, Felipe Calderón y Carlos Salinas de Gortari -¿será el “gen azteca” el responsable?- mina esperanzas. ¿Saldrá México del barranco? No lo creo. Hay dos grandes soluciones. Ninguna se cumplirá: contar con políticos cuyo oficio sea ético y aumentar oportunidades de trabajo bien remuneradas.

México como México. La realidad aplasta: convivimos con 150 cárteles, la mayoría made in Mexico.