Entre hecatombe y arcanos.

Juan Manuel López García.

¿Por qué los datos fríos sirven para sostener errores? La Encuesta de Ingreso y Gasto del INEGI es clara en lo más doloroso para este sexenio: ‘Primero los Pobres’ ha quedado a medias. La encuesta sí muestra un ingreso mayor para los deciles de mayor pobreza pero tiene un impacto en los estratos mayores. Beneficios regresivos que hablan de una mala distribución de los programas sociales. Es obvio que el otorgar efectivo hará que haya mayores niveles de ingreso, a lo que hay que agregar las enormes cantidades de remesas -uno de cada diez pesos de lo ingresado por familia- afectadas también por los programas sociales norteamericanos. Sin embargo, la inflación chupa el dinero extra que reciben los mexicanos. Seguramente se verá un número significativo de connacionales saltando la línea de pobreza extrema gracias a los programas sociales, pero las carencias en alimentos, vestido y salud son patentes incluso en lo que se ve en esos estudios.

Por otra parte, pudimos apreciar en televisoras extranjeras la enorme mancha de petróleo de más de 400 kilómetros cuadrados derramada en el Gofo de México, cerca de Campeche, al parecer por dos fisuras en el campo de Pemex “Ek Balam” ocurrida el 3 de julio y que controlaron hasta el 22 de julio, crudo que se desplaza a gran velocidad y llegará en los próximos días a las costas de Veracruz, Tamaulipas, Texas y Luisiana. Ya este jueves llegaba a las costas de Playa Bonita, Campeche.

Primero lo denunció el geógrafo Guillermo Taburini y luego la UNAM; y por último organismos en todo el mundo, pero en nuestro país lo negaban, y lo peor, a pesar de las imágenes de los satélites Sentinel-2 y Sentinel-3, la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente ASEA y Pemex no implementó medidas de recuperación, contención y mucho menos medidas de remediación adecuadas. Catorce días después dijo Lopez Obrador, minimizando el hecho, que solo era una pequeña fuga de aceite, ya disuelta, situación falsa ya que al estarse extendiendo la mancha implica que la fuga continua. Luego salió el impresentable e inútil director de Pemex, Octavio Romero, a decir que era simplemente un fenómeno “natural” llamado “iridiscencias”, provocado por emanaciones de gas y aceite de las chapopoteras que hay en la zona, casi dice que es un espejismo.

Resulta que, para el gobierno federal, la cuantificación del derrame es una exageración, a pesar de que tardaron casi tres semanas en controlarlo, solo para imaginar el tamaño del pequeño derrame, es más de tres veces el tamaño de la Ciudad de Guadalajara y no existe a la fecha respuestas que plantean los oraganismos de la sociedad civil, que preguntan: ¿Qué instancias son responsables de este siniestro y que sanciones tendrán? ¿Al tratarse de ductos que han cumplido su vida útil, de cuantos ductos y plataformas podemos esperar que se presentes fugas similares tanto en el mar como en tierra? ¿Mas allá de la recuperación del crudo y la reparación de la infraestructura, cuales son las medidas de remediación implementadas para las comunidades afectadas y para la zona impactada por el derrame? Mientras, Pemex apuesta a que se diluya en el océano la mancha, importándole poco la flora y la fauna y mucho menos las comunidades afectadas.

Esto nos lleva además a un problema económico inmenso para los mexicanos. Ahora resulta que la monumental deuda de Pemex ya no es problema de la paraestatal, ahora es de la Secretaria de Hacienda. Tanto que criticaron el Fobaproa y ahora repiten el modelo, convirtiendo la deuda de Pemex en deuda soberana. Solo para medir el tamaño de la ineptitud del manejo de la petrolera, de cada peso de activo de Pemex se tiene una deuda de dos pesos. Por lo que el gobierno federal emitirá deuda para rescatarla, además de que se han inyectado en lo que va del sexenio mas de 772,000 millones de pesos y es un barril sin fondo, convirtiéndose en la petrolera más endeudada del mundo, con pasivos financieros de mas de 107 mil 400 millones de dólares y que enfrenta vencimientos de deuda en lo que resta del año de mas de 4mil 600 millones de dólares. Sin considerar el otro fracaso de Dos Bocas.

Lo anterior obedece a que para López Obrador la deuda de Pemex es la deuda del país, van juntas, no se trata de separar deudas, como antes, porque Pemex tiene que ver con la Republica. Ahora que los bonos de la paraestatal son prácticamente Bonos Basura, ya que tanto Fitch Ratings como Moody´s bajaron la calificación a Pemex, sólo esperemos que esto no contamine las finanzas nacionales y disminuya el grado de inversión de la deuda soberana. Al absorber Hacienda la deuda de Pemex implica que nosotros la paguemos con nuestros impuestos, y entonces surge la pregunta ¿Por qué se insiste en seguir financiando la ineptitud de su director general a costa de los ciudadanos? Así nos están tripulando entre hecatombe y arcanos.

Jugadas de la Vida.

Londres es la única capital europea sin alcaldía.

Twitter: @ldojuanmanuel