EL PAÍS
LUIS PABLO BEAUREGARD
Los Ángeles – 07 ENE 2023 – Un joven preguntaba la noche del viernes en la barra del Fanny, el bar del Museo de la Academia del cine, a qué se debía tanta conmoción. “Es un evento de Netflix. Van a venir tres directores mexicanos”, le respondió la camarera mientras preparaba un cóctel. Esos tres cineastas eran Alfonso Cuarón, Guillermo del Toro y Alejandro González Iñárritu, colegas que comparten una patria, obsesión por la muerte y años recientes marcados por los éxitos. Con siete premios Oscar a cuestas entre los tres, la reunión se convirtió la noche del viernes en un gran evento de Hollywood.
La velada comenzó con un poco de nostalgia. Del Toro recordó la primera foto de los tres que dio la vuelta al mundo. Fue tomada hace 16 años en la alfombra roja de los Oscar de febrero de 2007. El cineasta originario de Guadalajara estaba nominado por El laberinto del fauno e Iñárritu había recibido su primera nominación a Mejor Director por Babel. Ambos posaban junto a Cuarón. La carrera de los amigos despuntaba. También lo hacían como empresarios con Cha Cha Chá, una compañía con la que ayudaron a producir y distribuir cinco películas. La foto de familia creció diez años después, en 2017, cuando los directores posaron en Cannes con Salma Hayek, Gael García Bernal, Diego Luna y Emmanuel Lubezki.
Mucho ha pasado en estos años. “Dos matrimonios y 90 kilos después”, bromeó Del Toro, quien junto con Iñárritu vuelve a una nueva temporada de premios. Ambos lo hacen con películas donde resaltan su madurez como contadores de historias. El cineasta tapatío presenta su adaptación de Pinocho, una cinta de animación en técnica stop motion donde resalta la paternidad, un tema sobre el que ha meditado tras haber perdido a sus dos padres en el lapso transcurrido desde el estreno de La forma del agua y su más reciente filme.
“Hay mucha gente que está acudiendo a sus biografías. Estamos en un momento de autorreflexión, pensando adonde vamos”, dijo Del Toro, quien sabrá el martes si gana alguno de los tres Globos de Oro a los que está nominado. El director citó algunas películas recientes donde colegas suyos han echado la mirada atrás. Entre ellos, Steven Spielberg en Los Fabelman, Sam Mendes en El Imperio de la luz y El tiempo del Armagedón, de James Gray.
Iñárritu también está promocionado su obra más personal. Bardo ha demostrado ser desafiante para los espectadores que siguen su trabajo desde que sorprendió con Amores Perros en el arranque del siglo XXI. Iñárritu le comentó una vez al director de Roma que tras hacer Babel sintió la necesidad de renovar su lenguaje cinematográfico. “Sabía que necesitaba reinventarme. Estaba hastiado de mí mismo”, afirmó el ganador del Oscar por Birdman. La búsqueda de esa nueva herramienta para comunicarse comenzó con Biutiful, una cinta protagonizada por Javier Bardem que lo llevó a España y de vuelta al español después de haber rodado en inglés 21 gramos y Babel. “Mis películas son un rayo X de un momento emocional. Aunque lo niegues o suprimas. Por eso no puedo ver estas películas. No puedo ver cosas que no puedo recordar porque representan un tiempo en la vida. Tienen una intensidad que a veces no reconoces”, afirmó en la conversación.
Enfocado en lo que será su debut televisivo en streaming y sin película que promocionar en el actual ciclo, Alfonso Cuarón se limitó a servir solo de moderador. Esto para la frustración de Del Toro, quien intentó hacer un par de preguntas que el director de Hijos del Hombre evitó a toda costa. “A mí no me llegó el memo o qué… Aquí dice los tres amigos y este cabrón no habla”, bromeaba Del Toro ante las risas del auditorio David Geffen, que estaba totalmente lleno.
Cuarón ha sido durante décadas el centro de gravedad de la amistad a tres bandas. Él y Del Toro descubrieron, varias décadas más tarde, que estuvieron en el mismo cine viendo las mismas películas. La familia de Cuarón, originario de Ciudad de México, veraneaba en el lago de Chapala, un balneario cercano a Guadalajara. En aquellos pases de verano, los menores, sin conocerse, se maravillaban con El Santo contra las mujeres vampiro, El hombre lobo y Melody.
Del Toro también recordó cómo visitó a Cuarón en su casa para contarle de principio a fin el argumento de El laberinto del fauno frente a un caldo de pollo. “Al terminar, los dos estábamos llorando”, dijo el creador de Hellboy, quien este viernes ha confesado a la audiencia que él hace la voz de todos los monstruos que habitan su filmografía. Desde los que aparecen en Pacific Rim hasta el propio fauno. “Me identifico con ellos desde que vi por primera vez a Frankenstein. Pensé ‘ese es mi Jesús. Ese es mi santo’”, añadió.
En otra ocasión, Cuarón quien llevaba años haciendo cine antes de filmar Solo con tu pareja, llamó un día a su amigo para recomendarle que viera Amores Perros. Aquella era la primera película de un hombre que se había fogueado en la publicidad. Del Toro hizo caso y creyó que la ópera prima del entonces llamado González Iñárritu era “una obra maestra” a la que le sobraban 20 minutos. Así que lo llamó para decírselo. La confianza afloró pronto en la relación y Del Toro voló desde Austin, Texas, a México para convencerlo de que sacara la tijera y cortara mucho de la segunda historia que forma la trama.
A pesar de las trayectorias que han logrado, en la noche también se habló del fracaso. “Hoy en la mañana me rechazaron una película”, reveló Del Toro, quien el próximo 24 de enero conocerá si su Pinocho en nominado al Oscar. Bardo no logró ser nominada a ningún Globo de Oro. Netflix está en el tramo final de la campaña para la nominación.
Iñárritu afirmaba que la experiencia le ha dado la valentía suficiente “para alzar la voz ante el rechazo”. Usó de ejemplo Birdman, una película que los estudios le rechazaron por dos años hasta que finalmente se hizo (y ganó cuatro Óscares en 2015). El proceso de Bardo también fue cuesta arriba. Escuchó algunos no, pero la necesidad por hacerla era mayor, así que comenzó a financiarla y pensó en poner en venta su casa para lograrlo. Antes apareció el gigante del streaming, quien ya ha dado cobijo a los tres amigos.