Jorge E. Franco Jiménez
La Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia del caso Ayotzinapa presidida por el subsecretario de Gobernación Alejandro Encinas formalizó éste la entrega del informe del asunto de Ayotzinapa y la síntesis del mismo, en el marco de la mañanera presidencial poniendo énfasis en las conclusiones de la misma que detallo para tratar de explicar porque es diferente a la verdad histórica de Murillo Karam; el texto íntegro del documento está compuesto de varios tomos.
Las conclusiones del Informe de la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia del caso Ayotzinapa se sustentan, las que se estiman relevantes las que señalan que la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa la noche de septiembre de 2014 constituyó un crimen de Estado en el que concurrieron integrantes del grupo delictivo Guerreros Unidos y agentes de diversas instituciones del Estado mexicano; que autoridades federales y estatales del más alto nivel fueron omisas y negligentes, existiendo elementos de presunción respecto de alterar hechos y circunstancias para establecer una conclusión ajena a la verdad de los hechos a pesar de que, en todo momento, tuvieron conocimiento de la movilización de los estudiantes y sus acciones, omisiones y participación permitieron la desaparición y ejecución de los estudiantes, así como el homicidio de otras seis personas.
Adiciona que en ningún momento la presencia de los estudiantes en Iguala obedeció a la intención de boicotear el acto de la presidenta municipal del DIF; que el grupo delictivo actuó con un amplio número de sicarios y halcones, a partir de un mando central y, al menos, tres células de halcones y sicarios con el apoyo de distintas policías municipales y agentes del Estado; se confirma que los mandos militares de la región no realizaron acciones para la protección y búsqueda del soldado Julio César López Patolzin; que a las 22.45 horas tras hechos de violencia y persecución se dio la orden de desaparecer a los estudiantes y que de acuerdo no hay indicios indicios de que se encuentren con vida.
La parte esencial de este informe parte de que estas evidencias, otros datos, se apoyan en actos de investigación se efectuaron sin el uso de la tortura, a diferencia de los resultados de la verdad histórica distorsionada que asegura el presidente hizo el entonces procurador, hoy imputado, Murillo Karan y el prófugo Tomas Cerón para desvirtuar un crimen de estado orquestado desde poder para encubrir la impunidad de lo que ahora se califica como un crimen de estado, desde luego, del cual el presidente López Obrador a exonerado al expresidente Peña Nieto al no existir otros datos de que haya tenido conocimiento u ordenado los actos de omisión o de acciones oficiales en los hechos.
Esta práctica de las verdades históricas o mentiras a medias han sido una práctica del poder, tanto federal como en las entidades, para encubrir a responsables intelectuales o materiales, en algunos casos, de eventos de naturaleza política o trascedente, como el asesinato de Luis Donaldo Colosio, del arzobispo de Guadalajara, de Francisco Ruiz Massieu, la desaparición Manuel Muñoz Rocha Diputado Federal después de pedir licencia.
Como elemento común en estos sucesos es que el estado implementa una serie de medidas para justificar que el poder busca la verdad real o llamada histórica nombre una serie de fiscales especiales como sucedió en el caso de Colosio y ahora de comisiones de la verdad, ajustándose los parámetros de los organismos internacionales de derechos humanos que cuenta con esos órganos especializados en cada materia para proteger, tutelar y garantizar los mismos y en el contexto de México, se ha afirmado que tienden a ir disipando los indicios y datos de investigación u otros datos en el idioma oficial de moda y de una obra recientemente presentada en el Senado de la República.
Recordemos para ello que en los casos de Colosio y Ruiz Massieu hubo varios Sub Procuradores Especiales e incluso se designó a su hermano Procurador General de la República que después se publicó, se suicidó en un centro de detención de los Estados Unidos. En ambos casos no se ha sabido mas que lo que poder y sus investigadores especiales o comisiones dicen en sus informes.
Respecto del asesinato de Luis Donaldo Colosio que en la época de los hechos se atribuyó a una sola persona aun en la cárcel Aburto, después de que una o dos mas fueron puestos en libertad, obviamente se trató de un crimen de estado ya que no es casual que se prive de la vida a un candidato a la presidencia que incluso estuvo rodeado de gobernadores y exgobernadores participantes en su campaña y que hoy se difunde que Mario Aburto está reclamando que fue torturado lo que se está investigando obviamente, por el Fiscal Federal,, lo que posibilita que antes de que termine este sexenio tengamos otra verdad histórica sobre este asunto.
Lo cierto es que las verdades históricas oficiales, son medias mentiras, para cerrar casos y encubrir a reales o desconocidos responsables intelectuales o materiales. La verdad en el caso Ayotzinapa, Colosio, Ruiz Massieu, del arzobispo Juan Jesús Posadas Ocampo es que fueron asesinados, lo falso es que difícilmente sabremos quien o quienes fueron los que ordenaron que se llevaran a cabo, aunque el rumor o pensar de la opinión pública sea que fue el poder.
Lo que descubrió la Comisión de la Verdad de Ayotzinapa es que los estudiantes no están con vida y que fueron asesinados, es lo cierto; el resto, es parte de la verdad histórica. En ambas la mitad es verdad y el resto mentira o argumentos artificiales apoyados en otros datos con efectos políticos electorales evidentes con vista en el estado de México y las candidaturas presidenciales.
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